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Crónica:Baloncesto | Liga ACB
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Madrid gana el simulacro

Los de Maljkovic y el Barça jugaron pensado en su crucial duelo del jueves en la Euroliga

Había que jugar el partido, aunque si por los dos equipos hubiese sido, se hubiesen quedado en su casa preparando con esmero lo que realmente les importa en estos momentos y que no es otra cosa que el tercer y definitivo encuentro de los cuartos de final de la Euroliga, a disputar el jueves. El guiño del calendario no podía ser más inoportuno y así lo hicieron ver todos, entrenadores, jugadores e incluso el público, que teniendo en cuenta lo que normalmente excita un enfrentamiento entre los dos enemigos irreconciliables, aunque sea de petanca, nunca llegó a entrar en calor. Ni siquiera cuando vio volar la victoria hacia Madrid, lo que hace pensar que también para los asistentes aquello no pasaba de ser un intermedio y visite nuestro bar a la espera del acto final.

W. BARCELONA 66 - REAL MADRID 69

Winterthur Barcelona: Cota (5), Navarro (16), Fucka (13), De la Fuente (0), Marconato (2) -cinco inicial-; Trías (9), Basile (2), Kakiouzis (9), Thornton (2), Marc Gasol (0) y Grimau (8).

Real Madrid: Rakocevic (19), Bullock (6), Hamilton (2), Sonko (2), Reyes (10) -cinco inicial-; Hervelle (7), Scales (4), Hernández Sonseca (7), Fisher (3) y Gelabale (9).

Árbitros: Pérez Pérez, Conde y Bultó. Eliminaron por cinco faltas personales a Basile.

Palau Blaugrana. 6.471 espectadores. 27ª jornada de la Liga ACB.

4º CUARTO 21-21

3º CUARTO 11-14

2º CUARTO 18-12

1º CUARTO 16-22

En estas circunstancias, casi todo lo que ocurrió fue de guante blanco pues el partido distó un mundo de trasmitir tensión competitiva. Por momentos parecieron hacer honor al anuncio que ponen durante los tiempos muertos y que reza "¿Y si todos fuesen del mismo equipo?". Nadie quiso ir más allá de lo necesario en el esfuerzo, empezando por los entrenadores. Dijesen lo que dijesen al final del partido, se les vio a la legua que no estaban dispuestos a arriesgar lo más mínimo. Bullock comenzó enchufado y, una vez comprobado que está fino, visitó el banquillo al final del primer cuarto para no salir más. Navarro tuvo más minutos, pero tampoco muchos, pues estuvo más fuera que dentro. A Hamilton le dolía una pierna después de un primer cuarto mucho más acorde con lo de casi siempre que con la excepcional actuación del pasado jueves. No hay problema. A descansar. De Williams, clave en el primer partido y que salió lastimado del segundo, no se tuvieron noticias. A gente como Trías y Grimau, en el lado azulgrana, o Hernandez Sonseca y Fisher en el madridista se les vio mucho más de lo habitual, y quintetos raros pasaban en la cancha minutos inhabituales. Y así iba transcurriendo el partido, con tiempo suficiente para elucubrar diferentes teorías sobre temas más o menos peregrinos. Que a quién le interesaba más ganar, que si llevarse la victoria en domingo limitaba por cuestiones estadísticas el triunfo del jueves que viene, que ganar dos veces seguidas en el Palau es casi imposible para cualquier visitante o cómo hubiese cambiado la historia del partido si realmente hubiese estado en juego algo de enjundia. Cualquier cosa valía para pasar el rato hasta que llegase el momento de la definición, y dado que a nadie le gusta perder, ver algo interesante. Fue más o menos a falta de cinco minutos, cuando dos tiros libres de Hervelle colocaron al Madrid por delante (54-55). Pero ni siquiera la resolución tuvo aires dramáticos. Metió un triple el belga, un dos más uno Fisher tras un robo y los siete puntos de ventaja madridista fueron suficientes, aunque para cerrar la noche hubo que padecer un ir y venir a la línea de tiros libres de las dos canastas.

Como estuvieron igual de acertados, la victoria terminó cayendo del lado del Madrid. Pero no hubo grandes demostraciones de alegría, pues unos y otros sabían que, ocurriese lo que ocurriese, no iba a traer consecuencias futuras. Cumplido el molesto trámite, todos se fueron al vestuario seguramente aliviados por no tener ya ningún obstáculo para pensar y preparar con esmero un partido grande, donde todo será diametralmente diferente a lo visto ayer al menos en cuestiones de intensidad, tensión, esfuerzo y drama. Afortunadamente.

Hamilton intenta encestar ante Fucka.
Hamilton intenta encestar ante Fucka.EFE

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