Conmoción Kahn
Tras designar Klinsmann a Lehmann como titular, toda Alemania aguarda con expectación si el portero del Bayern aceptará ir al Mundial como suplente
Ni las tremendas inundaciones del Elba, ni la muerte de más de 10.000 aves de corral, gaseadas, para evitar la propagación del virus de la gripe aviar, ni.... Todas estas informaciones pasaron a un segundo plano el viernes. La noticia que abrió los telediarios y a la que se dedicaron incluso los comentarios políticos fue otra: el seleccionador alemán de fútbol,Jürgen Klinsmann, de 41 años, decidió que el portero titular del equipo en el Mundial será Jens Lehmann, de 36, que juega en el Arsenal, y no Oliver Kahn, también de 36, que lo hace en el Bayern de Múnich.
El triunfo de Lehmann, en parte esperado, conmocionó a Alemania. Kahn es algo más que el portero de la seleeción. Es un hombre espectáculo, carne de titular un día tras otro en la prensa amarilla. Sus grandes paradas, sus kahntadas, la separación de su esposa cuando estaba a punto de tener un hijo, su novia discotequera, sus excesos al volante, sus declaraciones explosivas: "Aquí [en el Bayern] lo que falta son huevos"... Todo esto le convirtió en una figura mediática. Por eso la caída de Titán Kahn o King Kahn ha tenido una repercusión insólita.
Los expertos lo veían venir. El derribo de Kahn por Klinsmann podría servir de paradigma del maquiavelismo futbolístico. Primero, le retiró de la capitanía con el argumento de que el brazalete lo debe llevar un jugador de campo. Después, destituyó al ex del Bayern y de la selección Sepp Meier como entrenador de los guardametas. Luego, dejó abierta meses la cuestión de la titularidad entre Kahn y Lehmann.
Así, en las últimas semanas se pudo ver a un Kahn desquiciado porque no soportaba la presión. En el partido que Alemania ganó por 4-1 a la selección B de Estados Unidos, recibió un gol tonto. Y falló también en el del 0-1 del Hamburgo que supuso la victoria de este conjunto en Múnich en la Bundesliga. Pero lo peor llegó con el empate, 2-2, contra el colista, el Colonia. A Kahn le metieron dos goles de principiante, y en la segunda parte no salió con el argumento de que estaba lesionado en la espalda. Más bien era dentro de la cabeza. Estaba destrozado.
Al tiempo, Lehmann vivía una racha feliz con el Arsenal, imbatido en cuatro partidos europeos contra el Madrid y el Juventus. Todo su lenguaje corporal expresaba tranquilidad y seguridad en sí mismo, indicios que alimentan la sospecha de que conocía los planes de Klinsmann desde hacía días.
Y en eso llegó la decisión de Klinsmann. "La más dura de mi vida", declaró. En el Bayern se subían por las paredes. Nada menos que en vísperas de recibir al Werder Bremen, tercero. El Bremen ganó por 3-0 y Kahn poco pudo hacer en los goles. Incluso salvó otro con una gran parada.
Ahora se critica a Klinsmann por el momento elegido para anunciar su designación. Además, se sospecha que era algo decidido hace tiempo. El estilo de Kahn, que trabaja sobre la línea y no juega bien con los pies, no encaja en la concepción del fútbol moderno que Klinsman intenta imponer. Otros sostienen que Klinsmann no puede soportar a su lado personalidades fuertes que le puedan hacer sombra u ofrecer resistencia
La nueva cuestión es si Kahn aceptará acudir al Mundial para sentarse en el banquillo de los reservas. La mayoría se inclina por que no lo hará. Más de uno se pregunta del efecto o la carga explosiva de un Kahn frustrado durante más de un mes de convivencia de los 23 seleccionados y desean que Titán renuncie del todo a la selección.
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