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Crónica:Baloncesto | Euroliga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Hervelle explota a tiempo

El Real Madrid vence al Barcelona en el segundo choque de cuartos de final y fuerza el tercer encuentro

La necesidad pudo con la tranquilidad y el Madrid forzó el tercer y definitivo partido. Para ello se saltó el guión habitual y cambió de protagonistas pues la noche se tornó gloriosa para Hamilton y Hervelle, habituales secundarios. El norteamericano jugó el mejor partido que se le recuerda esta temporada, aunque tampoco es decir mucho pues no ha estado casi nunca a la altura de las circunstancias ni de su fama. Esta vez buscó los puntos desde el principio con su tiro de tres-cuatro metros que debería prodigar mucho más y peleó los rebotes en la canasta blaugrana con tremenda eficacia.

En todo momento estuvo metido en el partido, todo un halago para un jugador muy proclive a las desapariciones temporales. Pero si lo de Hamilton fue poquito a poquito, sumando como una laboriosa hormiga, Hervelle apareció como un martillo pilón. Encadenó 11 puntos consecutivos en el inicio del último cuarto, con canastas de todos los colores y sin fallo alguno. Su efecto resultó decisivo, pues cambió por completo la dinámica del partido, que en esos momentos enfilaba su zona decisiva con la misma igualdad en la que se había instalado desde el inicio. No era una buena noticia para el Madrid por dos razones. Una, porque la resolución de partidos en el filo no es su especialidad. Dos, porque encima lo iba a tener que disputar en inferioridad de condiciones emocionales, pues el único que tenía todo que perder era el equipo blanco. Pero surgió Hervelle y de su mano todo el equipo tiró como un cohete hacia arriba. Se liberaron de sus temores y sepultaron a un Barça demasiado heterodoxo y que pretendió ganar la batalla sin tener que bajar a la lucha cuerpo a cuerpo. Y eso, estando enfrente el Madrid, resulta complicado.

REAL MADRID 84 - BARCELONA 78

Real Madrid: Sonko, Bullock (18), Gelabale (7), Reyes (2), Hamilton (22) -cinco inicial-, Hervelle (20), Scales (7), Rakocevic (8), Hernández Sonseca y Fisher.

Barcelona: Williams (6), Thornton (9), Basile (15), Fucka (7), Marconato (3) -cinco inicial-, Trias (4), Kakiuzis (4), Navarro (23), Cota (2), De la Fuente (5), Grimau y Gasol.

Arbitros: Zavlanos (Gre.), Facchini (Ita.) y Ankarali (Tur.). Excluyeron por personales a Hervelle (m. 37) y Reyes (m. 39).

Palacio Vistalegre, unos 13.000 espectadores.

4º CUARTO

3º CUARTO

2º CUARTO

1º CUARTO

21-17

13-20

19-20

31-21

En un playoff meteórico como éste, lo ocurrido en el primer partido debía condicionar los acontecimientos, sobre todo en aspectos relacionados con las cosas de la cabeza y las malas pasadas que te pueden jugar pensamientos inadecuados. Al Madrid le iba la supervivencia y el Barça acudía a jugar con la red que supone tener una segunda opción y encima en su terreno. Estas circunstancias tuvieron su reflejo constante en el juego, pues mientras los madridistas lo desarrollaron con ese punto de aceleración no exenta de angustia que provocan las situaciones límites, los azulgrana anduvieron siempre más serenos. A veces excesivamente, sobre todo allá por el final de tercer cuarto, donde tuvieron varias oportunidades de socavar la moral del Madrid y hacerle ver de cerca el abismo. Pero lo dejaron pasar, y se encontraron de golpe con el vendaval Hervelle. Su onda expansiva tuvo reflejo inmediato en el marcador pues entre lo que hizo el belga y lo que sumaron el resto en pleno ataque de entusiasmo se pasó de un 53-57 al final del tercer cuarto a un 77-68 con menos de tres minutos por jugar.

Hasta entonces el partido mantuvo una velocidad de crucero constante, marcada por la aparente solidez con la que hacía las cosas el Barça y la siempre generosa entrega con la que se aplica el Real Madrid, y que tiene su máximo exponente en la lucha constante por el rebote ofensivo. Hasta que explotó Hervelle, fue su tabla de salvación, pues en cuestiones de puntería no era su día. Pero el trabajo de Reyes, Gelabale y los dos hombres del día posibilitó que el Madrid anduviese siempre cerca de un Barcelona más coherente y que hasta esos minutos críticos del último cuarto, siempre encontró el jugador que le solucionase los problemas. Pero le faltó algo de instinto asesino, de cumplir con la máxima de al enemigo ni agua, de explotar la ventaja sicológica con la que acudía a Vistalegre. Los azulgrana estuvieron a punto, pero al dejarla pasar, permitieron que un actor de reparto llamado Hervelle reclamase el foco de atención y en una actuación para el recuerdo llevase la eliminatoria a un tercer y siempre imprevisible acto.

Fisher defiende ante Williams.
Fisher defiende ante Williams.EFE

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