De Miguel acusa al PSPV de "usar a los muertos para obtener rentabilidad política" y echa mano del 11-M

La consejera de Bienestar Social, Alicia de Miguel, acusó ayer a la portavoz de política social del PSPV, Nuria Espí, de "usar a los muertos para obtener rentabilidad política" e incluso echó mano del atentado del 11-M. Al PSOE "le fue muy bien en el 11-M y ahora lo vuelven a intentar porque es su manera de entender la política. Muerto que hay, allá que van", comentó.

La muerte de cinco personas el martes de la semana pasada en una residencia de Massamagrell monopolizó ayer la comparecencia de De Miguel en la comisión de Política Social y Empleo, a la que acudió para responder una pregunta de EU sobre las deficiencias de la instalación de agua caliente en la residencia de Buñol.

Al centrarse el debate sobre la falta de licencia del centro para acoger a enfermos mentales a pesar de ser éstos la aplastante mayoría de las personas ingresadas, la consejera reprochó al PSPV tratar de usar a las víctimas para obtener provecho político. De Miguel volvió a repetir que la normativa contra incendios es la misma "en un hospital, un centro de mayores o de enfermos mentales" y señaló que el 90% de estos centros están ya autorizados para prestar esta asistencia.

Tanto Espí, por parte del PSPV, como Ramón Carmona, de EU, exigieron responsabilidades políticas a la consejera por la muerte de las cinco personas, así como la falta de inspectores. Espí destacó los problemas en los últimos meses como el incendio de la residencia de Carlet o el cierre de viviendas tuteladas en L'Eliana y Valencia que demuestran "las situaciones de riesgo [que han pasado] ciudadanos en centros tutelados por la consejería". Los accidentes "es verdad que existen, pero hay que responder por ellos", comentó en referencia a la consejera. Carmona, por su parte, acusó a la consejería de pasar los residentes de una empresa a otra "como si fueran mercancía".