Fernando de Artacho novela la búsqueda de tres reliquias en la España del siglo XVII
El escritor sevillano publica 'El enigma de la Santa Espina' en la editorial Algaida
La España de principios del siglo XVII es el centro del mundo. El oro de las Indias llega a un Estado que domina un imperio en el que no se pone el sol. América y Europa agachan la cabeza ante los conquistadores y los tercios. España vive, al mismo tiempo, una explosión de talento y espiritualidad. En ese marco de violencia insoportable y de almas delicadas se desarrolla la novela El enigma de la Santa Espina, de Fernando de Artacho (Sevilla, 1960), que acaba de publicar Algaida. Esta novela fue finalista del XXXVII Premio Ateneo de Sevilla.
Aventureros, militares y espadachines españoles hacen morder el polvo a sus enemigos europeos. Con todo, España es también el hogar de pintores y escritores que forjan un tesoro de obras literarias y artísticas que pervive a lo largo de los siglos.
"Mi intención ha sido escribir una novela histórica que no tuviera nada que ver con esas novelas esotéricas que se publican ahora. No quiero saber nada de El Código Da Vinci. Ese tipo de novelas son falsas desde el punto de vista histórico. Adolecen de muchos fallos. Y tampoco son correctas desde el punto de vista esotérico", recalca Artacho, que es licenciado en Derecho por la Universidad Hispalense. Artacho ha publicado libros de historia y las novelas Hija de la Iglesia (2004) y Las dos verdades (2005).
El enigma de la Santa Espina explora ese mundo intrincado de misterios y secretos que tiene en Sevilla una de sus geografías más llenas de magia. El rector del Colegio Universitario de Sevilla muere en extrañas circunstancias. Su muerte revela la existencia de tres reliquias. Una es verdadera y las otras dos no pasan de ser falsificaciones idénticas. A estas tres reliquias se les atribuye el poder de conceder a su poseedor lo que muchas personas ansían desde siempre: éxito y riquezas.
El jesuita Gonzalo de Ayala, acompañado de dos militares de los tercios de Flandes, recibe el encargo de reunir las tres reliquias, que están dispersas por España e Italia, y devolverlas a la Iglesia. Sin embargo, la tarea no es fácil. Hay grupos al servicio de intereses no demasiado claros que no se pararán en barras para hacerse con las reliquias. Amores, aventuras, batallas, pendencias y raptos tachonan el relato.
"Me apasiona la España de los siglos XVI y XVII. Me apasiona la Sevilla de esa época, que era puerto de Europa y puerto de Indias. Sevilla era entonces la capital del mundo", comenta Artacho. En la sociedad que describe la novela se movían aristócratas riquísimos e hidalgos que rozaban la miseria junto a prósperos comerciantes sin un gramo de nobleza y pobres de solemnidad que mendigaban por las calles.
"La mentalidad de hoy"
Soldados capaces de las mayores crueldades y poetas que enhebraban versos a lo divino con una exquisitez afinada por sus ideales convivían en una sociedad que a un hombre del siglo XXI le cuesta comprender. "No se pueden juzgar con la mentalidad de hoy los hechos de entonces. Ni siquiera se pueden juzgar con la mentalidad de hoy los hechos que ocurrieron hace 60 años", explica el novelista.
"La sociedad de los siglos XVI y XVII era una sociedad en la que también había muchas oportunidades a través del comercio de Indias, los tercios de Flandes y la picaresca. Era una vida para gente aventurera, para hombres valientes en los negocios o en las armas. También para los pícaros", señala el autor de El enigma de la Santa Espina.
Y en el centro del relato late la ciudad de Sevilla con la insistencia del flujo y reflujo de una marea. "La novela nace en Sevilla y muere en Sevilla. La novela pasa por Aracena, Toledo, Valencia, Mallorca, Nápoles y Roma. Pero, en las historias paralelas de la trama, siempre retorna a Sevilla", concluye Artacho.
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