La dirección de Babcock dice que los resultados del grupo son su aval
Christian Schmidt cree que la empresa vizcaína saldrá de los números rojos en 2007
Austrian Energy & Enviroment, grupo perteneciente al holding austríaco A-TEC y propietario de Babcock España, logró en 2005 un 8% más de beneficios antes de impuestos y amortizaciones, a pesar de que las ventas crecieron sólo un 3%. Para su presidente, Christian Schmidt, obtener 23,1 millones de beneficio después de cerrar varias adquisiciones "avala y consolida" el futuro de Babcock: "No hemos venido a especular", reiteró.
El holding austriaco todavía no ha presentado los resultados consolidados, pero la división de energía y medio ambiente de AE&E, de la que depende Babcock Power España (BPE), presentó ayer unas ventas de 443,3 millones de euros en las plantas de Austria, Croacia, Suiza, India, España y Australia (la Alstom Industrial Boilers and Plants, comprada en diciembre). De esa cifra de negocio, la aportación de la planta de Bilbao fue de 57 millones de euros, a pesar de que todavía está en números negativos. Una situación que, según el presidente de BPE y consejero del holding A-TEC, "va a cambiar en 2007, con un resultado equilibrado".
La firma austriaca prevé que Babcock salga de pérdidas ese año, gracias a nuevos contratos que esperan cerrar en breve y a una eventual superación de la contestación sindical que, aunque atenuada, todavía sigue abierta en la planta de Galindo.
El último episodio ha sido la dimisión del presidente del comité de empresa, Alfredo Laureiro, de UGT, después de fracasar en una votación la propuesta de dar una tregua temporal a la dirección. Un sector de UGT quería suavizar las formas de la batalla sindical para comprobar si los anunciados contratos llegaban y la carga de trabajo permitía relanzar la compañía, pero la iniciativa no encontró el apoyo que esperaba en sus propias bases. Laureiro, que ayer dijo que su dimisión responde a "razones personales", manifestó no obstante su intención de seguir luchando desde el comité para garantizar la viabilidad de la firma, "ante la situación de incertidumbre que atraviesa". Aseguró que, en la actualidad, la empresa tiene un 20% de carga de trabajo que y, si no entran pedidos para dar una continuidad y viabilidad a la compañía, "la situación será muy mala".
Las garantías sociolaborales que dio la SEPI a los trabajadores durante el proceso de privatización, y que se han mantenido tras la fallida operación de compra por la alemana Borsig, tienen fecha de caducidad. Los sindicatos van a solicitar a la SEPI que las prorrogue más allá del verano y que, además, mantenga las salvaguardas que puso sobre los terrenos de la empresa bilbaína.
Reflotar la empresa
Esa duda sindical sobre la posibilidad de que la propietaria de BPE esté diseñando una operación especulativa fue rechazada de nuevo aye por el presidente, Christian Schmidt. "No hemos venido a especular, ni estamos pensando en vender", aseguró. Según dijo a este periódico, su objetivo es reflotar la empresa y conseguir que en 2007 el balance esté equilibrado, para empezar a tener beneficio a partir de ese año. "La relación con los sindicatos más fuertes está mejorando", dijo el primer ehecutivo de Babcock.
En su opinión, AE&E, la división de la que depende la factooría vizcaína, ha conseguido buenos beneficios a pesar de estar en plena digestión de tres adquisiciones, Alstom Australia, IDEA y AE&E Chenai Works, estas dos últimas en India.
Para Schmidt eso significa que el proceso de "consolidación" va por buen camino y va a permitir futuros crecimientos debido a los contratos "con gran perspectiva de futuro" que se han cerrado, además de los nuevos mercados que se abren. Las tres adquisiciones han dado a la división un 30% más de mano de obra, al pasar de los 1.632 a empleados a los 2.153 actuales. En las cuatro divisiones que tiene A-TEC están empleadas 7.200 personas.
En 2005 los nuevos contratos que consiguió AE&E alcanzaron la cifra de 380 millones de euros y la cartera de pedidos llegó a los 626 millones, algo por debajo de 2004. Este año quieren formalizar la compra de nuevas divisiones de Alstom en Álemania y también en la República Checa.
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