"La 'Champions' es una droga"
Fernando Roig (Poble Nou, Valencia; 1947) ha convertido Vila-real, localidad castellonense de 47.000 habitantes, en un referente mundial del fútbol. Su clasificación para las semifinales de la Champions, tras eliminar al Inter, ha sonado hasta en Chile, donde vibraron por la victoria de su compatriota Manuel Pellegrini, el entrenador del equipo amarillo. A partir de una empresa de cerámica en Almassora, a escasos kilómetros de Vila-real, Roig compró el Villarreal en 1997 por 360.000 euros. Desde entoces ha levantado una ciudad deportiva, un conjunto poderoso y una hinchada que casi no existía. El club, además, está saneado.
Pregunta. Al despertarse, ¿temió haberlo soñado todo?
"Hemos invertido unos 60 millones, recuperados ya por el club. Arriesgamos un dinero, pero, al acabar la temporada, estará todo pagado, saneado"
"El partido ante el Inter se vio en 70 países. Este año hemos vendido 10.000 camisetas, el cuarto club de la Liga, y espero que se incremente"
Respuesta. No he dormido del todo. Estuve en duermevela. Eran tantas emociones...
P. ¿Qué imagen le rebotaba en la cabeza?
R. La de mi madre [fallecida recientemente], que no lo ha podido ver. Estaría muy orgullosa. También, la de los jugadores que han pasado en estos ocho años poniendo cada uno su granito de arena. Y la de la afición. Estoy orgulloso de ella. Debería ser un ejemplo para otras.
P. El Villarreal no tiene grupos ultras. ¿Acabar con los radicales depende de los presidentes?
R. Sí. Cuando llegué, había un minigrupo, el Frente Amarillo, y lo desactivé. Ése es el éxito del Villarreal: su afición familiar que va por la calle y acude al estadio a disfrutar de un espectáculo.
P. ¿Continuará Riquelme en el club?
R. Sí; tiene cuatro años más de contrato y está muy contento. Su intención es quedarse.
P. Pero si hace un gran Mundial con Argentina y vienen a por él... ¿Cuál es su cláusula de rescisión?
R. No estoy muy seguro: 36 o 40 millones.
P. ¿Va a intentar que el equipo no dependa tanto de él?
R. Es un grandísimo jugador, entre los mejores del mundo, pero depende de los demás.
P. ¿Cómo será el Villarreal el próximo curso?
R. Aumentaremos el potencial.
P. ¿Han hablado con Pires, centrocampista del Arsenal?
R. No es el momento de hablar de la temporada que viene [el Villarreal sí ha admitido públicamente haber llegado a un acuerdo con Nihat, de la Real Sociedad].
P. Sí se puede hablar del estilo del equipo, tan marcadamente de toque, incluso en las categorías inferiores. Eso fue una ambición suya.
R. Sí; queríamos un entrenador que tratara bien la pelota para ganar aficionados a través del buen fútbol. Lo de Zaragoza, con el Villarreal atrás, no lo había visto nunca. Fue muy atípico [ganó por 0-1 en el pasado partido de la Liga, en La Romareda].
P. ¿Sigue yendo a los partidos del filial y a los del juvenil?
R. Me gusta el Villarreal B, que es el primero en su grupo de Tercera. Ahí está el futuro: en los cadetes, en los infantiles. Hay que cuidarlos.
P. ¿Cómo se ve dentro de cinco años?
R. Equilibrándonos económicamente, con unos 50 millones por temporada. Unas veces estaremos en la Champions y otras no. Y creciendo deportiva y socialmente. Cada vez estamos más en el mapa y el partido ante el Inter se vio en 70 países. Este año hemos vendido 10.000 camisetas, el cuarto club de la Liga, y espero que se incremente en este final de curso.
P. ¿Cuánto ha puesto en el Villarreal de su bolsillo?
R. Unos 60 millones en inversiones, recuperados ya por el club. Arriesgamos un dinero, pero, al acabar la temporada, estará todo pagado, saneado. No debemos dinero a nadie.
P. En su recorrido por la Champions, ¿qué le ha emocionado más?
R. Me hizo mucha ilusión escuchar la música y ver el balón en el centro del campo en nuestro primer partido. Hace unos años fui a Old Trafford [el estadio del Manchester United] con el Valencia y me prometí a mí mismo, ya que no se lo podía decir a nadie porque habría parecido una locura, que volvería con el Villarreal. Además, está la gran repercusión mundial que tiene. La Champions es una droga. Cuando la has probado, es difícil renunciar.
P. ¿Se ha sentido menospreciado en algún momento?
R. Por alguna afición rival, sí, pues nos gritaban que teníamos un campito de futbito. Los grupos ultras. El martes, por ejemplo, vinieron unos ultras del Valencia a unirse con los del Inter para insultarnos. Me parece demencial. No les tengo ningún respeto. El Valencia debería erradicarlos.
P. ¿Será su hijo su sucesor en el club?
R. Mi hijo [Fernando, director general de la entidad] será lo que él quiera. Estoy muy orgulloso de él y de mi hija [Elena, relaciones externas] por su trabajo en el club. Los cargos no se heredan. Se ganan trabajando. Y ellos lo están haciendo.
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