_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Langostinos de Ibarra

Sucedió en Ibarra, el pueblo guindillero que queda más cerca de Tolosa que de San Sebastián, pero ahí mismo. Un tipo con antecedentes fue capturado por la Ertzaintza poco después de que intentara robar en la guardería de la localidad. Cuando los agentes procedían a identificarlo pidió que le soltaran porque para eso estamos en tregua. Sólo es el principio de lo que vendrá. Sin ir más lejos, Batasuna se llevó a tres meteorólogos, uno de ellos especializado además en témporas, para la manifestación del sábado en Bilbao que buscaba escenificar el poderío de una de las partes en tregua. Que hubiera meteorólogos en la manifestación no resulta excesivamente chocante, ya que el lema de la misma rezaba "Es tiempo de decisiones". Pero, ya que estaban allí, seguro que los aprovecharon para tomar la temperatura del alto el fuego así como para evitar que les lloviese sobre la reivindicación o para que les saliera con las mejores isobaras.

Sí, esto no ha hecho más que empezar y ya hay demasiado trueno. Y no sólo por aquí. Tomemos, por ejemplo, a Carod. El muy iluminado (o relámpago) no pudo contenerse y tuvo que soltar que estas treguas vienen de aquellos perpiñanes suyos. Está absolutamente convencido de que la causa primera del alto el fuego fue él; y lo fue tanto y en tan duras condiciones -lo desollaron vivo políticos, comentaristas y gañanes de toda laya- que, a la larga, le ha causado la dolencia cardiaca que le mantiene apartado de los mentideros. Con lo que, es lamentable decirlo, el primer mártir de la tregua no se habría registrado en Euskadi.

Tampoco tienen desperdicio las esclarecedoras declaraciones del donostiarra Joseba Álvarez, responsable de relaciones internacionales de Batasuna, que se ha ido a Roma para exclamar: "En 30 años hemos demostrado que sabemos resistir, pero con la resistencia no se gana. Tampoco se pierde, pero no se gana, así que hemos pasado a una nueva fase constructiva, por vía no político-militar, para tener derecho a la victoria". Ni más ni menos. Álvarez reivindica el derecho a la victoria, y en un punto muy concreto, el de la autodeterminación, lo que deja con el culo -perdón, pero como antes ya he hablado de témporas...- al aire a todas las almas cándidas que no pueden soportar que la denominada resolución del conflicto se zanje con vencedores y vencidos. Pues eso, que mientras los a este paso vencidos se la cogen con papel de fumar los que se tienen a sí mismos por vencedores desdeñan cosas accesorias como los presos o la legalización de Batasuna y se centran en lo importante: la autodeterminación. Y Navarra, también quieren Navarra, lo han dicho los presos. Claro que a la anexión del Viejo Reino y la autodeterminación, los presos añaden la amnistía, porque ellos no pueden irse a Roma a emitir titulares y ni siquiera a comer espaguetis.

Lo bueno es que en cuanto ETA deje las armas no podrá imponer la autodeterminación ni nada, así que Álvarez y los suyos ya tienen programa político para toda la eternidad. ¿Escogería la Ciudad Eterna por eso? Una cosa es cierta, en cuanto ETA plantee eso en una mesa de negociación y no se apee del burro o no se conforme con lo que Álvarez considera accesorio -los presos, para acercarlos- y la legalización de Batasuna a nada que cumpla el requisito de rechazar la violencia, el alto el fuego se vendrá abajo y tendrá que asumir la responsabilidad de ver cómo la policía la volatiliza, porque ya no tendrá más oportunidades políticas de disolverse.

No es de extrañar, pues, que Batasuna se manifestara en Bilbao con tres meteorólogos, aunque quizá hubiera debido echar mano de alguna pitonisa -al menos mediáticamente, porque igual estaban pero en plan anónimo-, ya que predicen el futuro en términos más amplios que el de saber si saldrá nublado. Yo que ellos me hubiera llevado también al langostino que capturó la Ertzaintza el otro día en Ibarra para que, al grito de ¿no estamos en tregua?, les mantuviese la ilusión.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_