Tres pasajeros mueren en un autobús en llamas en Estambul

La oleada de enfrentamientos entre manifestantes kurdos y policías que sacude Turquía desde hace seis días se cobró ayer la vida de tres pasajeros de un autobús de Estambul, atacado con un cóctel molotov. El brote de violencia, que estalló en el sureste del país tras la muerte de varios miembros del separatista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en un choque con el Ejército, ha dejado ya 12 muertos.

La oleada de enfrentamientos entre manifestantes kurdos y policías que sacude Turquía desde hace seis días se cobró ayer la vida de tres pasajeros de un autobús de Estambul, atacado con un cóctel molotov. El brote de violencia, que estalló en el sureste del país tras la muerte de varios miembros del separatista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en un choque con el Ejército, ha dejado ya 12 muertos.

Los incidentes, que hasta ahora habían afectado a Diyarbakir y a otras ciudades de la región suroriental, se extendieron ayer con toda su virulencia a Estambul, la gran metrópoli occidental en la que vive una importante comunidad kurda.

Decenas de jóvenes salieron a las calles del centro de la ciudad en actitud de desafío a las fuerzas de seguridad, a las que lanzaban piedras y cócteles molotov. El episodio más dramático, sin embargo, se vivió en el barrio de Bagcilar. Fue allí donde un grupo de manifestantes arrojó una botella incendiaria contra un autobús urbano. Al intentar escapar del ataque, el vehículo, envuelto en llamas, chocó contra un camión. Dos personas murieron dentro. Una anciana que trató de huir murió atropellada por un coche. Grupos de airados vecinos se concentraron en el lugar y expresaron su furia contra el separatismo kurdo. Varios manifestantes fueron interceptados y golpeados en otros barrios.

Con los tres muertos de Estambul, las víctimas provocadas por esta oleada de violencia alcanza ya la docena. Ahmet Turk, dirigente del principal partido kurdo, llamó ayer a la calma, al tiempo que pidió a las autoridades esfuerzos para llegar a una paz permanente con la minoría más importante de Turquía. Los atentados del PKK se han multiplicado desde que el grupo armado pusiera fin, en junio de 2004, al alto el fuego decretado en 1999.