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Columna
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Impedir el triunfo de Zapatero

El "alto el fuego permanente" anunciado por ETA les ha descolocado. Me refiero al PP y a su apoyo mediático más radical. Mariano Rajoy declaró, nada más conocerse la noticia, que ofrecía su colaboración al Gobierno "sólo para derrotar al terrorismo sin pagar precio político". El presidente Zapatero, al solicitar el respaldo del Congreso de los Diputados para iniciar conversaciones con ETA, ya dejó claro que sería siempre que se abandonase la violencia y sin pagar precio político. El 2 de octubre de 1998 -ya me referí a ello en otras ocasiones- el entonces presidente Aznar declaró que estaba dispuesto a poner en marcha el proceso de paz si ETA acreditaba, de forma inequívoca, que su abandono de la violencia tenía carácter definitivo. El proceso de paz, según Aznar, "incluiría, en una primera fase, la flexibilización de la política penitenciaria, que lleva consigo el acercamiento de presos a las cárceles vascas, la concesión de terceros grados y, finalmente, indultos". Tres días después, el presidente Aznar se reafirmaba en su oferta y declaraba estar dispuesto "al perdón y la generosidad si ETA renuncia definitivamente a las armas". El diario El Mundo elogiaba estas decisiones de Aznar en un editorial titulado "Otro valiente paso de Aznar hacia la paz", que terminaba con estas palabras: "Ante asunto de tanta trascendencia, los celos partidistas están de más. Si la paz se logra nunca será exclusiva de Aznar: corresponderá a todos cuantos la hayan propiciado".

El presidente Zapatero no ha hablado de "perdones", ni de "generosidades", ni de "indultos". No ha ofrecido nada de esto antes de iniciar conversaciones. Ha pedido, eso sí, "el concurso de todas las fuerzas políticas, especialmente la del PP, para llegar a la fase decisiva". Y ha añadido que "hay una buena vía en el Pacto Antiterrorista por las Libertades". Cosa que ha pedido Rajoy. Pero hay más: el presidente del Gobierno ha manifestado su intención de reunirse en los próximos meses con grupos sociales y asociaciones para explicarles su posición ante el futuro proceso de paz. Y se ha referido a "empresarios, sindicatos, asociaciones cívicas y medios de comunicación". En cuanto a las víctimas, Zapatero ha declarado que pretende que "en todo momento se realce su contribución".

Rajoy se entrevistará el próximo martes con el presidente del Gobierno en Moncloa. ¿Cuál será el resultado? No parece que existan razones, después de las declaraciones que Zapatero viene realizando desde que se anunció el "alto el fuego" por ETA, para que Rajoy se niegue a respaldar su política. Aunque nunca se sabe. Rajoy es consciente de que si sale de Moncloa respaldando al presidente del Gobierno se va a encontrar con la enemiga de los radicales broncos de su partido y, muy especialmente, con los talibanes mediáticos copero-radiofónicos. Los primeros -caso de Zaplana, Acebes, Mayor Oreja, etc.- no se fían de Zapatero, le tienen declarada su fobia. Por lo que se refiere a los talibanes coperos, un triunfo de Zapatero en el proceso de paz no podrían soportarlo. Aprobado el Estatut catalán y puesto en vigor sin que se hunda España, y habiendo conseguido que ETA renunciase a las armas, al sindicato copero de los "federicos" se les habría acabado el discurso apocalíptico. El comediante Losantos, después de venir anunciando machaconamente que Zapatero está rompiendo España y cargándose la Constitución, decía hace poco que "los terroristas vascos y los independentistas catalanes esperan que la sociedad española, gracias al PRISOE, acepte este nuevo régimen de Vichy: un Estado supuestamente libre pero bajo tutela nazi". Esto es una estupidez y Losantos lo sabe. Es persona inteligente y sabe que ni España se rompe ni existe el peligro de ningún régimen de Vichy bajo tutela nazi. Pero hay que meterle el miedo al vecindario con estas soflamas.

La realidad es que Zapatero está en el buen camino. Y es lo que les preocupa. Para acabar con ETA no vale todo, ciertamente. Pero tampoco para impedir que desaparezca y se cumpla el proceso de paz. Que es lo que algunos pretenden con sus prédicas apocalípticas. Y en ello están.

fburguera@inves.es

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