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Reportaje:

La amenaza de los 'déficit gemelos'

Los organismos internacionales advierten a EE UU de las consecuencias del doble desequilibrio

Estados Unidos necesita atraer diariamente inversiones del extranjero por un valor superior a los 2.500 millones de dólares para financiar su abultado déficit exterior, a lo que se le suma el colosal agujero fiscal. El problema de este doble desequilibrio es conocido: los estadounidenses gastan más de lo que ahorran. Los principales organismos internacionales advierten desde hace tiempo de las consecuencias que esta degradación puede tener en la economía global si la Reserva Federal se ve forzada a subir los tipos para sostener el dólar.

La OCDE alertó la semana pasada del riesgo de una crisis económica mundial si EE UU no corrige el problema
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La economía estadounidense se expande con solidez a pesar de la espiral en el precio de la energía y de la ola de devastación que provocaron los huracanes Katrina y Rita en la costa del golfo de México. Su producto interior bruto creció el año pasado a un ritmo superior al 3,5% y se prevé que en el primer trimestre retome el 4,5%. Entretanto, la inflación se mantiene contenida (2,1% la subyacente) y se genera empleo a un ritmo de 175.000 puestos de trabajo mensuales. El flamante presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, dijo el pasado lunes ante un seminario bancario en Nueva York que las perspectivas son positivas.

Pero hay dos números que preocupan, sobre todo fuera de Estados Unidos. El déficit en la balanza por cuenta corriente estadounidense llegó el año pasado hasta los 804.900 millones de dólares y se espera que el déficit público alcance al final del actual ejercicio fiscal -vence el 30 de septiembre- los 423.000 millones por los costes militares en Irak y por el gasto de la reconstrucción de las zonas afectadas por la catástrofe natural del pasado verano. Este doble desequilibrio, conocido como déficit gemelo, representa una importante amenaza para el dólar, que si sufriera una fuerte devaluación podría obligar al banco central estadounidense a llevar los tipos de interés a un nivel más alto del previsto.

Es lo que teme el mexicano José Ángel Gurría, futuro secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), quien la semana pasada alertó del riesgo de una crisis económica mundial si Estados Unidos no corrige este doble desequilibrio. "Hay que corregir el déficit de las principales economías del mundo, porque de no ser así habrá una pérdida de confianza en el dólar, se tendrán que subir los tipos de interés y esto implicaría que la economía mundial se pare", precisó. El doble déficit estadounidense también preocupa al Fondo Monetario Internacional (FMI).

El director gerente del FMI, Rodrigo Rato, está cuestionando las políticas de la Casa Blanca a la hora de combatir sus desequilibrios desde que se puso al frente del organismo. El FMI prevé que la economía mundial crezca un 4,3% este año gracias a la recuperación de Europa y de Japón. Pero en una conferencia la semana pasada en Bata (Guinea), Rato volvió a recordar que el motor de la economía global se enfrenta al riesgo de altos tipos de interés si la Administración estadounidense no frena la escalada del déficit fiscal y exterior. El temor del FMI es que los inversores dejen de acumular activos financieros en dólares y se reduzca la demanda por el alza de tipos.

Ben Bernanke, sin embargo, pasó de puntillas por la cuestión en su primera intervención ante el Congreso como presidente de la Fed, aunque no ocultó su "preocupación" por el abultado déficit exterior de Estados Unidos. A pesar del gran desequilibrio, se considera que está dentro de los niveles históricos tolerables. El problema de base, según explicó, es que se invierte más de lo que se ahorra o se gasta más de lo que se gana. Y sin mostrar mucho alarmismo, reconoció que el país estaría mejor si pudiera "financiar" su propia inversión. El FMI insiste, en este sentido, que Estados Unidos debe fomentar el ahorro entre los consumidores, lo que ayudará a su vez a evitar los riesgos inflacionistas.

La semana pasada, Bernanke fue más contundente al hablar del agujero fiscal y pidió al Congreso que haga lo posible por rebajar el déficit público. Su predecesor, Alan Greenspan, se mostró a favor de que el problema del déficit público en Estados Unidos se resolviera reduciendo el gasto en lugar de utilizar la vía del incremento de los impuestos. Pero Bernanke dijo a los legisladores que no deben dejar de lado la parte impositiva de la ecuación: "Con el tiempo se tendrán que subir los impuestos, reducir el gasto u optar por una combinación de ambas". En cualquier caso, dijo que se trata de "un juicio político" que no entra a valorar.

El mandato de Bush

El objetivo de la Casa Blanca es reducir el déficit fiscal a la mitad para el final del mandato del presidente George Bush, en enero de 2009, y además se responsabiliza a China de los males de su balanza comercial. Pero más allá de los números hay otro factor que preocupa: la actitud proteccionista mostrada por el Congreso ante las operaciones empresariales protagonizados por la compañía árabe Dubai Ports Worlds o la petrolera china Cnooc, que podrían agravar aún más la situación. La mayoría de los economistas encuestados por The Wall Street Journal temen por una caída de la inversión extranjera si se sigue por esta vía y que dificulte el negocio exterior de las corporaciones estadounidenses.

Ante esta situación, no extraña que grandes inversores como el oráculo de Omaha, Warren Buffet, sigan jugando a la contra del dólar y opinen que la divisa estadounidense se depreciará en un plazo de uno a cinco años. En lo que va de 2006, el dólar ha caído un 2,6% frente al euro y un 1,1% frente al yen. El magnate, considerado como la segunda fortuna del mundo por la revista Forbes, explica que el déficit comercial está detrás de la depreciación del dólar frente a sus divisas rivales desde 2002. Los analistas del banco BNP Paribas consideran que se dan los factores estructurales para que el dólar esté bajo presión.

El Institute for International Economics (IIE) califica la situación de "insostenible" y explican que si la divisa estadounidense no se muestra más débil es gracias a la estrategia monetaria de la Fed, que desde junio de 2004 ha subido tipos de forma continuada desde el 1% hasta el 4,5%, tras 14 alzas consecutivas. Ben Bernanke presidirá este lunes y el martes su primera reunión del comité de política monetaria de la Fed. La previsión es que se suban los tipos otro cuarto de punto y que se llegue al verano en el 5% o el 5,25%. Será la nueva patata caliente con la que deberá lidiar la nueva Fed.

Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal estadounidense.
Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal estadounidense.AP

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