Sindicatos y patronal participan en la cumbre

Intensificar el diálogo social para abordar las reformas y fomentar la creación de puestos de trabajo es el mensaje más concreto que ayer lanzó Wolfgang Schüssel, canciller de Austria, país que ostenta la presidencia de turno de la Unión Europea, al inicio de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno. Para ejemplificar esta política de diálogo, Schüssel invitó a los representantes de la patronal y de los sindicatos a participar en el Consejo Europeo, una decisión sin precedentes.

La patronal europea UNICE estuvo representada por su presidente, Ernest-Antoine Seillière, y los sindicatos, por Cándido Méndez, presidente de la Confederación Europea de Sindicatos. Sindicatos y patronal presentaron un nuevo programa de trabajo para el diálogo social (2006-2008) que tiene "como objetivo contribuir al crecimiento, a la creación de empleo y a la modernización del modelo social europeo".

La participación de los interlocutores sociales en la cumbre se interpretó también como un mensaje hacia Francia, que afronta fuertes protestas sociales por la introducción de un proyecto de legislación laboral que permite el despido sin justificación durante los dos primeros años del contrato de los menores de 26 años. El representante sindical criticó la falta de diálogo de la iniciativa francesa y afirmó que "con mayores facilidades de despido no se crea empleo".

Puestos de trabajo

Uno de los propósitos de la cumbre es acordar las medidas concretas para alcanzar los objetivos de la llamada Estrategia de Lisboa, que persigue crear 10 millones de puestos de trabajo hasta 2010, a un ritmo de dos millones anuales. El objetivo no es especialmente ambicioso ante los casi veinte millones de parados que existen en Europa. Este año, sólo en España se crearán unos 700.000 puestos de trabajo, según manifestó Fernando Moraleda, secretario de Estado de Comunicación.

Otro objetivo significativo es eliminar las trabas burocráticas y el excesivo papeleo para facilitar que la creación de una empresa se pueda realizar en una semana. El propio Schüssel reconoció las dificultades del lenguaje de las grandes declaraciones y su escasa aplicación práctica. "Tras una fase de reflexión", dijo, "tenemos que entrar en la fase de acción. Tenemos el conocimiento y ahora tenemos que poner los medios y demostrar nuestra voluntad".