El concurso en Castellón de una marina con 450 amarres queda desierto

La construcción de unos 450 amarres en la llamada Marina II del Puerto de Castellón volvió a unir, en pugna y en un concurso público, a los principales grupos constructores de la provincia, el Grupo Gimeno y Lubasa, que presentó la oferta con PGP. Sin embargo, ni éstos ni el tercer ofertante, una empresa de origen balear, han reunido los requisitos técnicos exigidos por la Autoridad Portuaria.

El puerto ha decidido dejar desierta esta adjudicación y cobijar alrededor de 1.200 puntos de amarre en otra dársena, la sur, que está en fase de construcción y que se destinará a tráfico comercial. El hecho de que esta dársena se encuentre todavía libre de tráfico comercial durante la Copa del América ha servido para que el puerto decida habilitar nuevas instalaciones portuarias para dar respuesta a las necesidades de los amantes de la navegación deportiva y de recreo. Las características de esta futura dársena y las dimensiones de sus muelles posibilitan el atraque de megayates sin límite de eslora y calado. La creación de estos amarres provisionales se realizará a través de la instalación de pantalanes flotantes aunque, según indicaron fuentes de la Autoridad Portuaria, aún no se sabe quién pagará estas instalaciones. En cualquier caso, el objetivo del puerto es llegar a ofertar 2.000 amarres, 800 definitivos y 1.200 provisionales. Una vez haya concluido la Copa del América, la previsión de PortCastelló es que se eliminen los pantalanes y comience la actividad comercial con la primera terminal de graneles que se ubicará en la dársena sur.

Estas fuentes aseguraron que antes de que el consejo aprobara el traslado provisional de los amarres, se comunicó la decisión a las dos concesionarias de la construcción de los 800 puntos de atraque, que manifestaron su acuerdo. PortCastelló no renuncia en un futuro a construir los 450 amarres proyectados para la dársena interior.