El Betis se queda sin sueños
El Steaua de Bucarest eliminaa los verdiblancos de la Copa de la UEFA con tres goles en la segunda mitad
La Copa de la UEFA quería el Betis que le sirviera de reconstituyente. Pero acabó siendo una bofetada descomunal y puede que hasta el final de un proyecto y un grupo de trabajo. Se acabaron todos los sueños del equipo para este curso, al que llegó tras ser campeón de Copa y acceder a la Liga de Campeones. El mejor año de sus 99 años de historia. Ya sólo le queda luchar por no irse a Segunda.
El empate sin goles de Bucarest frente al Steaua pareció un muy buen resultado cuando acabó el partido en Rumania, aunque, a medida que se acercaba la fecha del partido de vuelta en Sevilla, fue perdiendo lustre. Una de las evidencias de la grave crisis en la que vive el conjunto verdiblanco esta temporada es la inseguridad que el equipo muestra sobre el campo. En una semana se pasó de la confianza, a la cautela y cuando se oyó el pitido inicial se palpaba la preocupación. En el banquillo, en la grada y sobre el césped. No tiene por qué ser algo necesariamente negativo.
BETIS 0 - STEAUA DE BUCAREST 3
Betis: Contreras; Melli, Juanito, Nano, Luis Fernández; Rivera, Arzu (Dani, m. 56); Joaquín, Edu, Tardelli (Xisco, m. 55); y Robert.
Steaua de Bucarest: Carlos Fernández; Ogararu, Goian, Ghionea, Marin; Bostina (Oplita, m. 71), Paraschiv, Radoi (Lovin, m. 80), Nicolita (Cristea, m. 86); Dica y Iacob.
Goles: 0-1. M. 53. Nicolita gana la espalda a los defensas béticos y bate a Contreras. 0-2. M. 78. Iacob, de cabeza, tras un centro desde la izquierda. 0-3. M. 82. Nicolita, de tiro cruzado
Árbitro: Massimo de Santis (Italia). Amonestó a Paraschiv, Luis Fernández y Bostina. Y expulsó a Joaquín (m. 60) por pegarle un codazo a Dica.
Unos 30.000 espectadores en el Ruiz de Lopera.
Llorenç Serra Ferrer apostó por el trabajador Robert en punta y le dijo a Joaquín que hiciera lo que le diera la gana. El extremo no está en un buen momento de forma, casi no llega ni a regular, pero lo que sí que está demostrando es compromiso y esfuerzo. Si se le suele críticar por no asumir la responsabilidad que, sin duda, su calidad le otorga, en la primera mitad, hasta pecó por exceso.
A los ocho minutos, penetró por la izquierda, se deshizo de dos defensores con un recorte seco y tiró cruzado. Y flojo. Joaquín también se encargaba de poner en juego todos los saques de balón parado. En un córner, le puso la pelota a Robert en la cabeza que remató picado desde el borde del área pequeña y Carlos Fernández despejó el gol cantado. En una de sus internadas, más bien centrado, se hartó de balón y eligió el disparo a puerta en vez de pasar a Edu, que se había desmarcado y esprintaba hacia el área. A medida que avanzaba el encuentro, el gaditano actuaba cada vez con mayor cabreo y menos fuerzas. Así, el jugador que parecía el único capaz de ganarle el partido al Betis, acabó prácticamente regalándoselo a los rumanos. A los pocos minutos de ver como Nicolita batía a Contreras, Joaquín perdió la cabeza y respondió a los agarrones de Dica en el círculo central con un codazo en la cara. A la calle.
El Steaua vive con menos urgencias y se movió sobre el terreno de juego como sabe, casi igual de como lo hiciera en Bucarest en la ida. La única diferencia la causó precisamente Joaquín, a cuya vigilancia se dedicaban el lateral y el interior izquierdo. El equipo rumano usa mucho las bandas para presionar y los interiores se suman a los delanteros en cuanto huelen que puede haber jugada de ataque. Los laterales suben al centro y ganan presencia y peso frente al área al tiempo que disponen dos líneas de cuatro bastante juntas para presionar la salida de la pelota.
En un balón bombeado al área, Dica estuvo a punto de marcar, pero su cabezazo se fue demasiado alto. Como Joaquín se llevaba dos jugadores él solo, no le quedó más remedio al Steaua que utilizar la banda derecha. Y a Nicolita. El menudo ala del Steua falló varias ocasiones en la ida. Y en la primera mitad de ayer, también se lió de mala manera tras recibir un buen balón en la frontal del área bética. Se redimió en la segunda parte, cuando alcanzó un pase a la espalda de la zaga bética y metió gol. También gracias a las facilidades de la defensa del Betis marcó el segundo Iacob. Más cerca aún del final, Nicolita repitió y convirtió la victoria de su equipo y la eliminación bética en un palo que nadie sabe cómo se encajará y que consecuencias tendrá.
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