Casas con demasiados dueños
Familias griegas reclaman en Chipre villas vendidas tras la invasión turca
Es difícil negar que Cherie Blair, la polémica esposa del primer ministro británico, tiene carácter. Abogada, Cherie Booth (su nombre de soltera y el que suele utilizar en lo profesional) nunca le hace ascos a un buen caso, por mucho que a menudo eso signifique poner en aprietos políticos a su marido. Eso creen algunos que ha vuelto a ocurrir tras aceptar la defensa de Linda y David Orams, una pareja británica que, como tantos compatriotas, decidió comprar una propiedad en el norte de Chipre ocupado por Turquía. Una compra que puede acabar provocando un problema diplomático con el Gobierno progriego de Nicosia, nuevo miembro de la UE.
La costa norte de Chipre es perfecta para las ansias de sol de los británicos. Pero muchos compran allí desoyendo los llamamientos a la prudencia del Foreign Office. Gran parte de las villas y casas que ahora se venden en el norte turcochipriota pertenecían antes a grecochipriotas que se vieron forzados a abandonar su hogar y huir al sur cuando las tropas turcas invadieron el norte en 1974. Ahora, muchos grecochipriotas, que ya pueden viajar al norte tras abrirse la frontera entre las dos comunidades, exigen en los tribunales lo que consideran suyo, para que la que era su casa les sea devuelta.
Cherie Blair defiende a una pareja británica contra la que litiga el presunto antiguo propietario del terreno
Los Orams llevaban tres años en la tierra que adquirieron en Girne (Kyrenia, en griego), cuando se presentó en la casa un hombre. Era Meletis Apostolides, hijo del antiguo propietario. "Había una mujer regando el jardín y le pregunté si era la propietaria", recuerda Apostolides en el diario The Independent. "Cuando ella dijo 'sí', le dije que el propietario era yo, pero no pareció preocuparse. 'Eso era hace mucho', me dijo sonriendo".
Pero para Apostolides era como si hubiera sido ayer. Tenía 24 años cuando en 1974 sus padres, su hermano, sus hermanas y él no tuvieron más remedio que huir al sur. Su padre murió sin volver a casa, pero él está empeñado en recuperarla. Los tribunales del sur le han dado la razón y han exigido a los Orams la demolición de la casa que han construido, que devuelvan la tierra a la familia Apostolides y que les paguen el alquiler correspondiente, al tiempo que han ocupado el terreno. La sentencia es de difícil aplicación en el norte de Chipre, pero los Apostolides han llevado el caso al Tribunal Superior de Londres con el razonamiento de que la República de Chipre forma parte de la UE y sus sentencias son de aplicación en todo el territorio comunitario.
Aquí es donde entra Cherie Blair, que va a defender a los Orams ante la justicia chipriota. Su irrupción ha provocado la protesta de Nicosia, que la acusa de entrometida. El presidente de Chipre, Tassos Papadopoulos, la ha acusado de actuar "provocadoramente" en un momento en que Londres intenta impulsar las conversaciones de reunificación de la isla. Una reunificación rechazada precisamente por los grecochipriotas en vísperas de su ingreso en la UE.
Pero a Cherie nunca le ha importado jugar a la contra del Gobierno de su marido. Y en este caso ni siquiera está claro que Londres apoye a Nicosia en el contencioso de las propiedades, aunque tampoco lo contrario. Lo que sí ha hecho el Foreign Office es advertir a los británicos de los riesgos "potenciales de carácter práctico, financiero y legal" si invierten en el mercado inmobiliario de Chipre, y en especial en la parte norte. Y les recomienda que se aseguren de que no están comprando una propiedad abandonada en el momento de la invasión.
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