_
_
_
_
_
Reportaje:

"Somos una barquita de remos"

Aguirre define así a Osasuna, que el domingo igualó su récord de victorias, 15, en Primera

Osasuna venció a "un transatlántico" con "una barquita de remos", como comparó Javier Aguirre la situación de su conjunto y la del Barcelona antes del encuentro del domingo por la noche (2-1). Sin embargo, la barquita supo mantenerse a flote esquivando los torpedos azulgrana. A falta de diez jornadas, Osasuna ha igualado su récord histórico de victorias en la Primera División: 15 (1957-58, 1987-88 y 1990-91). De esta forma, tras romper la mala racha que les perseguía desde enero, desde que el estadio de El Sadar pasó a denominarse Reyno de Navarra, los rojillos vuelven a imponer su vitola de equipo de moda. "Podremos contar nuestra plusmarca a nuestros amigos e incluso a nuestros nietos les podremos decir algunas mentirijillas más", bromeó el técnico mexicano.

Pero en Osasuna no hay sitio para las mentirijillas. El cuadro ha sabido mantenerse en la cabeza de la clasificación con una mezcla de buen juego en largos tramos de la primera vuelta y una dosis de agonía y fuerza mental durante los dos últimos meses. Contra el Barça, la presión asfixiante fue el factor determinante. Lo que Motta calificó como "antijuego" es para los jugadores de Osasuna un partido redondo.

En el centro del campo se ahogaron las ideas de los pupilos de Frank Rijkaard. Allá estuvieron Raúl García, que vale para lo fino y lo recio, y Puñal. El medio navarro, que cumplía 200 partidos con la camiseta rojilla, destacó con brillo propio tanto por su denodada lucha como por el gol, de penalti, que coronó una actuación perfecta. "Teníamos mucha ilusión y sabíamos que la clave iba a ser apretarles en el centro para no dejarles jugar. Eso sí, cuando tuvimos la pelota, fuimos mejores", explicó ayer el de Huarte.

Para la mayoría, destacar es una obsesión. Para Puñal, no. A pesar de su gran actuación, sigue siendo casi desconocido para muchos aficionados. Siempre a la sombra, de Pablo García antes y ahora de Raúl García, dio una muestra más de sus características: metódico y laborioso. "Hay pivotes defensivos muy buenos y nuestra labor es un poco oscura. Además, yo no soy demasiado vistoso", asegura. Un baluarte dentro y fuera del campo que sirve para que la plantilla no se descompense en ningún momento ni en lo futbolístico ni en lo anímico. "Después de tanto tiempo, sabes qué es Osasuna. Por eso tenemos los pies en el suelo, sin perder nuestra identidad y basándolo todo en el trabajo y la humildad", comenta.

Nadie se lo ha puesto fácil a Puñal no ya sólo para triunfar, sino para vivir del fútbol. De sus tiempos de operario nocturno en una fábrica de frenos automovilísticos le ha quedado la esencia mecánica. Robar, tocar, pasar; robar, tocar, pasar. Sin estridencias. Seguridad para vertebrar el ataque y cerrar la defensa, a la que se suma siempre un papel secante respecto a sus contrarios, como Edmilson, Motta y Deco. "Me ha tocado la casualidad de trabajar en una empresa de frenos y ahora ser el que se encarga de frenar a los adversarios. Es una mera coincidencia", bromea Puñal.

Frank Rijkaard y Javier Aguirre se saludan en el partido del pasado domingo.
Frank Rijkaard y Javier Aguirre se saludan en el partido del pasado domingo.AP

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_