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Columna
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Jirafas en la milla de oro

Un constructor ha denunciado a la alcaldesa de Marbella, Marisol Yagüe, por el impago de una reforma en su casa por la que le reclama cerca de un millón de euros. Mientras el litigio se dirime, las jirafas del parque de la naturaleza Selwo de Estepona defecan todos los días en unos terrenos situados en la nueva milla de oro del litoral malagueño. Así es la Costa del Sol, un lugar de contrastes y de oportunidades donde a todos se trata por igual. Con el mismo privilegio hace sus necesidades fisiológicas una alcaldesa, que lo hace unos kilómetros más abajo una jirafa. La alcaldesa tiene el cuarto de baño sobre una casa de lujo. La jirafa, donde se podría levantar una vivienda millonaria. Esto ha sido jauja. El despegue de la Costa del Sol ha permitido en los últimos años convertir en oro todo lo que reluce. Se han levantado miles de viviendas para poder tirar luego la casa por la ventana. Por ello, con la misma firmeza que defiende una alcaldesa heredera del GIL su honorabilidad patrimonial y su derecho a una vivienda no digo digna, sino dignísima, aparece un alcalde socialista iniciando los trámites para convertir un parque de animales de la selva en una jungla de adosados de lujo.

Habíamos pensado que se había tocado techo, pero no. Todo es susceptible de empeorar. Desde la marcha de Jesús Gil de Marbella, los dos alcaldes que le han sucedido han protagonizado más de lo mismo -denuncias por irregularidades urbanísticas, idénticos tejemanejes presupuestarios y más ediles procesados-, pero hay que reconocer una cierta evolución desde la ordinariez descarada hasta llegar al terreno de lo cutre. Se empezó con un alcalde que daba jamones a los pobres por Navidad, que construía paseos marítimos con suelo de mármol y que montó una plantilla de policías con caballos atados con longaniza. Le sucedió un madurito de la prensa rosa, coleccionista de relojes y con novia famosa. Y se ha terminado con una alcaldesa con la casa embargada por una reforma que se le fue de las manos y que presuntamente intentó pagar en parte con dinero de las arcas municipales.

Menos mal que está el PSOE, que va a colocar allí a un candidato estrella. Lo anunció Chaves recientemente, aunque el asunto se lleva de forma paulatina, que quiero decir despacio y sin sobresaltos. La intención de los socialistas es que en este municipio se les hable a los ciudadanos en plata. Pero en plata con mayúsculas. Como ocurre ya en Estepona, ese municipio donde la que fuera número dos de Chaves, hoy presidenta del Parlamento andaluz, María del Mar Moreno, dijo que iba a ser un modelo de la otra forma de gestionar una ciudad del litoral. Toma modelo. Allí, el alcalde, Antonio Barrientos, y su socio, el que fuera secretario general del GIL, José Ignacio Crespo, llevan dos años de mandato conjunto abanderando el nuevo plan del ejecutivo andaluz para ordenar el litoral. No hay iniciativa urbanística de la Junta o discurso del PSOE a los que no se apuntan los primeros. Que hay un pacto antiGil, allí están ambos para aunar voluntades y abrir vías con las que recuperar para la democracia a los arrepentidos del gilismo. Que se aprueba una Ley del Suelo, dos días antes de que cambie la legislación convocan los dos un pleno para llevar seis convenios urbanísticos y poder así cerrar con honor una etapa tan desgraciada. Que el POT (Plan de Ordenación Territorial) plantea mejorar la oferta de la Costa del Sol poniendo cortapisas al crecimiento y dotándola de infraestructuras, pues qué mayor salto de calidad que ponerles un pisito a los elefantes.

Estaba claro que algún día tenía que ocurrir. Han sido décadas de dispendio medioambiental. No queda sitio en la costa para más viviendas y venga parques y venga árboles y venga montes. Una cosa es admirar a los orangutanes en medio de una selva en el centro de Estepona y otra bien distinta soportar durante seis años que los monos se pasaran el día dando saltos con vistas a primera línea de playa. Acabamos de alcanzar la globalización urbanística del litoral y ya hay slogan para la efeméride: "El último, que cierre la puerta y tire el POT por la ventana". Y los bichos del parque Selwo que se los echen a los leones. Pero... ¿y los leones, dónde metemos a los leones si ya no queda parque para los leones?

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