"¿De qué se quejan estos rojos?"
La paliza a un alumno, última agresión de corte 'ultra' en la Universitat de València en tres meses
Ocurrió el jueves, a las siete de la tarde. O. Q., de 23 años, estudiante de Sociología, acababa de colgar el último cartel de una exposición sobre el campo de exterminio nazi de Mauthausen, y se sentó a esperar a un amigo. A esa hora, por el vestíbulo de la facultad de Derecho de la Universitat de València, no pasaba un alma. Q., representante en el claustro por Acontracorrent, una asociación de alumnos cercana a Esquerra Unida, leía cuando tres jóvenes -dos hombres y una mujer de unos 25 años- se detuvieron frente al primer expositor, que reunía los retratos de Hitler, Franco y Mussolini.
Uno de ellos, recuerda Q., les dijo a los otros: "¿De qué se quejan estos rojos? Si los campos eran de trabajo". Q. permaneció en silencio, y continuó callado mientras lanzaban vivas a los dictadores. Hasta que oyó: "Quítate la chaqueta que este cartel me lo voy a llevar". "Les dije que de qué iban, que esa exposición la acababa de montar yo. Y me contestaron que nosotros siempre andamos quitando sus carteles", afirma el estudiante.
El estudiante trató de evitar que dañaran una exposición sobre el campo de Mauthausen
No hubo tiempo para mucho más. El más bajo, se puso "en guardia", invitó un par de veces a Q. a que le pegara y luego le hizo una llave que al claustral le recordó a las que se utilizan en vale tudo (un tipo de arte marcial extremadamente violento). Ya en el suelo, uno de los agresores le sujetó los brazos, mientras el otro le pegaba puñetazos en la cara y en la cabeza.
La cosa empezaba a ponerse fea cuando entró en el edificio otro estudiante que parecía extranjero, "seguramente un erasmus", y que se quedó paralizado al ver la escena. Los agresores se levantaron y abandonaron rápidamente la facultad.
Q. fue atendido en el Hospital Clínico, donde le curaron los labios y la nariz, por la que ayer aún sangraba. Luego fue a poner una denuncia a la comisaría.
La agresión del jueves ha sido la más grave, pero se enmarca en la serie de ataques violentos que viene produciéndose en la Universitat de València desde diciembre.
El día 1 de aquel mes, minutos antes de que se cerrasen las urnas de las elecciones al claustro, 15 jóvenes subieron al último piso de la facultad de Derecho, donde intimidaron y tomaron fotografías de los alumnos que actuaban como interventores. Los estudiantes denunciaron que el grupo actuó en connivencia con uno de los cabeza de lista de la asociación Fórum Universitario, y pidieron que le fuera retirado el derecho a presentarse a las elecciones. El hecho de que los protagonistas de la agresión del jueves dijeran que también a ellos les quitan carteles hace pensar a Acontracorrent que pueden formar parte de alguna asociación universitaria. Aunque Q. no los reconoció. El portavoz de Fórum Universitario declinó ayer comentar lo sucedido.
Cinco días después de las elecciones al claustro, el 6 de diciembre aparecieron pintadas en la fachada de la librería de la Universitat de València en la que se invitaba a los académicos a abandonar "lo regne". Un mensaje casi idéntico al que se encontraron el lunes los afiliados de la Coordinadora d'Estudiants dels Païssos Catalans en la sede que la asociación tiene en la facultad de Geografía e Historia, en el campus de Blasco Ibáñez.
El rector Francisco Tomás pidió ayer al subdelegado del Gobierno en Valencia "la máxima diligencia policial para la aclaración de los hechos" ocurridos el jueves. Tomás los calificó de "incompatibles con la vida académica e impropios de una sociedad democrática". La agresión, añadió el rector, "pone de manifiesto la necesidad de hacer exposiciones como la que se intentó boicotear para preservar la memoria frente a la barbarie del fascismo".
La exposición sobre el campo de Mauthausen es propiedad del Fòrum per la Memòria del País Valencià. Su vicepresidente, Francisco Ruiz, que se encontró ayer con Q. en la facultad de Derecho, comentó que la exposición ha recorrido sin sobresaltos varias poblaciones valencianas. "Que en un centro universitario sea donde haya problemas, es inconcebible".
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