El fiscal pide 90 euros de multa para Cañamero por la protesta del 28-F contra la duquesa de Alba
El dirigente del SOC abandona la sala durante el jucio por desobediencia
El fiscal pidió ayer 90 euros de multa para el líder del Sindicato de Obreros del Campo (SOC), Diego Cañamero, por los incidentes durante la protesta contra el nombramiento de la duquesa de Alba como Hija Predilecta de Andalucía. Durante el juicio por desobediencia, Cañamero abandonó la sala tras advertirle el juez de que podría expulsarlo por desacato. Los militantes del SOC se concentraron ante los juzgados con banderas republicanas y de Andalucía y pancartas que decían "Palos para unos, medallas para otros" y "Juicios rápidos sólo para los jornaleros".
Durante su declaración, Cañamero entabló una discusión con el juez cuando el líder jornalero explicaba la manifestación que había organizado el pasado 28 de febrero, Día de Andalucía, frente al Teatro de la Maestranza de Sevilla, donde se entregaban las medallas y títulos concedios por el Gobierno andaluz. El dirigente jornalero narró cómo había "situado a su ejército". El juez le preguntó entonces qué significado tenía la palabra ejército; si era similar al Ejército de Salvación norteamericano. Cañamero respondió que se refería al orden con el que funcionan sus militantes e intentó explicar ampliamente la protesta, por lo que el juez le pidió que "se ciñera a los hechos objeto del juicio".
Cañamero le respondió entonces que esperaba que le tratase "como van a tratar a la duquesa", en referencia a las tres denuncias judiciales del SOC contra la aristócrata, y entonces el juez le advirtió de que podría expulsarlo de la sala por desacato. "No hace falta que me expulse, me voy yo", afirmó entonces Cañamero, por lo que el juicio continuó sin su presencia.
A la vista de la testifical de dos policías que presenciaron la protesta del SOC el pasado 28 de febrero, mientras se entregaban a la duquesa de Alba y otras personalidades las medallas del Día de Andalucía, el fiscal consideró demostradas sendas faltas de desórdenes públicos e insultos. Cañamero, según esos testigos, dijo "imbécil" e "idiota" al policía que intentaba frenar su acceso hacia la entrada del teatro.
Su letrado pidió la absolución por entender que esas palabras "no son un insulto sino un choque verbal en un contexto de violencia como el que había en aquel momento".
A la salida del juzgado, Cañamero dijo a sus militantes por megafonía que "el juez ya tiene escrita en el cajón de su mesa la sentencia condenatoria" contra él y añadió que tal fallo "es contra todo el movimiento obrero".
Bajo un importante despliegue policial de cerca de 30 agentes antidisturbios, que no intervinieron en ningún momento, los concentrados corearon consignas como "Esto lo provoca Chaves", "Viva Andalucía libre" y "Viva la lucha de la clase obrera".
El letrado del SOC, Luis Ocaña, lamentó ante los periodistas la actitud del juez al advertir a Cañamero de que sería expulsado, sin tener en cuenta que se trata de una persona "que lleva 30 años manifestándose pacíficamente y que es un referente mundial de la lucha no violenta".
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