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Volkswagen impulsa su plan de reestructuración para asegurar el futuro del consorcio

El reajuste no ha concluido en Seat, cuya planta en Martorell no fabricará modelos Audi

Volkswagen (VW), el mayor consorcio europeo del automóvil, logró el año pasado incrementar sus beneficios antes de impuestos un 58,2%, hasta los 1.722 millones de euros. No obstante, su presidente ejecutivo, Bernd Pischetsrieder, consideró el resultado "poco satisfactorio", tras presentar el balance de 2005 en Wolfsburgo. Su mensaje quedó claro: no existe alternativa al plan de reestructuración y reducción de costes para asegurar el futuro del consorcio. Este proceso tampoco ha terminado en Seat, que Pischetsrieder calificó de "sombra" del grupo, al ser la única marca cuyas ventas han caído.

Pischetsrieder expresó su intención de permanecer al frente de VW, a pesar de las recientes críticas del presidente del Consejo de Vigilancia, Ferdinand Piëch, y de las dificultades con los sindicatos por los planes de reducir 20.000 empleos en Alemania.

Tras anunciar los beneficios y el éxito de la ofensiva comercial, que supuso batir las marcas de ventas con 5,24 millones de vehículos, el jefe de VW afirmó: "Con estas cifras cumplimos nuestro pronóstico de lograr un resultado mejor que el año anterior, pero no podemos estar contentos. La presión de la competencia en los mercados mundiales se mantiene muy alta".

Por tres veces repitió Pischetsrieder que los éxitos logrados con el programa de reducción de costes FortMotion "son insuficientes", e insistió en la presión derivada del exceso de capacidad. Según Pischetsrieder, "VW no tiene que construir autos más baratos, sino producir más barato", y para eso se necesitan "transformaciones profundas".

Productividad

Sostiene Pischetsrieder: "No se trata de que esté en peligro la existencia del consorcio, sino de que tenemos que actuar hoy para que no esté en peligro mañana. Hoy, las filiales con éxito mejoran un resultado nulo de la marca VW, pero la mayoría de esas mismas filiales dependen a medio plazo del éxito de la marca VW".

Los puntos centrales del programa de reestructuración son recuperar el déficit de productividad, sobre todo en las fábricas de montaje; agotar la capacidad productiva de las fábricas; lograr costes competitivos del factor trabajo, y la nueva ordenación de la producción de componentes. Insistió Pischetsrieder en que el programa de reestructuración afectará en los próximos tres años de forma directa o indirecta a 20.000 trabajadores de VW.

El jefe de VW tiene claro que "sólo una empresa con éxito puede asegurar los puestos de trabajo". Sobre esta base se plantea la negociación con los sindicatos para hacerles tragar el sapo de la reducción de plantilla. El contrato firmado con los sindicatos impide los despidos forzosos hasta 2011. Se estima que 13.000 empleados podrían acogerse a la jubilación anticipada a los 58 años, pese a que el Gobierno alemán prevé elevar la edad de retiro de 65 a 67 años.

Tuvo que hacer frente Pischetsrieder a preguntas sobre su futuro y el enfrentamiento con Piëch, su antecesor en el cargo al frente de VW. A la pregunta sobre si Piëch es responsable de alguno de los problemas actuales del consorcio, respondió Pischetsrieder con una explicación sobre la teoría del caos y explicó que el vuelo de una mariposa en el Amazonas puede desencadenar una tormenta en el golfo de México, y por eso, todo influye.

Sobre quienes cayó un auténtico jarro de agua fría fueron los trabajadores de Seat. El presidente de Audi y del Consejo de Administración de Seat, Martin Winterkorn, advirtió en la misma conferencia de que "no hemos terminado la reestructuración" en la filial española, que "no se quedará sólo en la salida de 950 trabajadores". García Sanz aclaró al respecto que no se planteaban nuevos despidos, sino la necesidad de mejorar los procesos internos y potenciar la imagen de la marca y la red comercial.

No fue el único toque de atención que recibió Seat. Winterkorn anunció que la planta de Martorell "no fabricará Audi". La posibilidad de que el grupo aproveche las instalaciones catalanas -de las que sólo salieron 385.000 turismos en 2005, frente a una capacidad de más de medio millón- para producir un modelo de gama media y alta es la eterna esperanza de los sindicatos mayoritarios en Seat.Tampoco VW en Navarra, cuyos 4.500 trabajadores llevan 14 meses de movilizaciones por el convenio, se libró de las advertencias. "Dado el aumento de costes en los últimos cinco años, España ha perdido competitividad para fabricar automóviles", señaló Pischetsrieder, quien recordó que "algunos de los ajustes que llevamos meses negociando en Navarra ya se han hecho en Martorell". Por ahora, VW ha retirado su oferta para producir 10.000 nuevos Polo, único modelo que producen en Landaben.

Los miembros del consejo de VW Neumann, Berhard, García Sánchez, Poetsch, Winterkom y Pischetsrieder.
Los miembros del consejo de VW Neumann, Berhard, García Sánchez, Poetsch, Winterkom y Pischetsrieder.EFE

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