El antídoto contra Henry
López Caro cree que Raúl Bravo, que acaba de renovar hasta 2009, puede frenar al francés
Raúl Bravo (Valencia, 1981) renovó el lunes su contrato con el Madrid hasta 2009. El canterano, que ascendió al primer equipo de la mano de Vicente del Bosque, en la temporada 2002-03, no estaba culminando su campaña más fructífera hasta el pasado enero. Fue entonces cuando el actual entrenador, Juan Ramón López Caro, le empezó a dar minutos en Copa. Hasta ayer había jugado algo más de 100 minutos en Liga de Campeones, 370 minutos en Liga, y 290 en Copa. En estas competiciones había convertido dos goles, uno de ellos tras hacer algo que se le da bien: actuar con sangre fría, llevarle la contraria al entrenador y acudir a rematar. Lo hizo en Liga, en Anoeta, y desde entonces ha dispuesto de más tiempo para exhibirse, no siempre en su puesto natural.
Durante su etapa de canterano, Raúl Bravo fue siempre utilizado como lateral izquierdo y hasta como interior. Fue Carlos Queiroz quien le probó como central con relativo éxito, hace dos años, sin saber que el jugador nunca había actuado en el centro de la defensa. Tras un paso poco estimulante por la selección española, durante la Eurocopa de Portugal, Bravo vivió días de olvido durante casi un año. En la temporada pasada, el técnico, Vanderlei Luxemburgo, le asignó algunos minutos en la banda derecha. Para ello argumentó que Bravo "juega igual en las dos bandas". El comentario, como siempre que los entrenadores quieren clasificar a Bravo, resulta ambivalente.
Hace una semana a López Caro le pasó algo similar. Puesto a justificar su decisión de prescindir de centrales especialistas como Mejía y Helguera para contra con Bravo, el técnico habló de un "marcador". "Bravo ha jugado toda la vida en el mismo puesto", explicó López Caro; "ha sido siempre un marcador".
Al parecer, López Caro no hace la clásica distinción entre marcadores laterales y marcadores centrales. Al menos para el caso de Bravo, un futbolista que siempre se ha caracterizado más por su osadía que por la finura de su estilo.
A Bravo se le pueden reprochar muchas carencias pero jamás le faltó valor. Ayer el jugador se presentó en el aeropuerto de Barajas seguro de que hoy jugará en Highbury junto a Sergio Ramos en el eje de la defensa. López Caro considera que necesita dos centrales muy rápidos para marcar a Henry y para ello ha echado mano a Bravo. Cuando le preguntaron al futbolista si se sentía capacitado, ayer por la mañana, replicó: "Claro, si no, no me habría levantado de la cama".
En cualquier caso, resulta extraño el modo en que López Caro eligió primero a Mejía, en el partido de ida, para cubrir la baja de Woodgate. Para el técnico de Lebrija, Mejía fue siempre un central del que dijo que había que hacer "justicia" tras dos temporadas de marginación. No es esto lo que hizo el entrenador tras la derrota ante el Arsenal, sustituyéndolo por Bravo. En este caso, como siempre que toma una decisión, el precavido López Caro parece haber tanteado la respuesta de la directiva. Si lo hizo comprobó que a Raúl Bravo nunca le faltó el apoyo del presidente dimisionario. Florentino Pérez siempre le manifestó su aprecio personal. Y quiso renovarlo como al final ha sucedido.
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