Cambios sustanciales que no reducen costes
Los cambios reglamentarios que se aplicarán esta tempoada constituyen una pequeña revolución en el Mundial de F-1, pero no logran su objetivo de reducir costes. Si Max Mosley, presidente de la Federación Internacional del Automóvil, pretendía eso, ha fracasado. Porque sólo el estudio realizado por las marcas para la creación y el desarrollo del motor V8 de 2,4 litros ha tenido un coste global de más de 100 millones de euros. Y, aunque a menor escala porque han recuperado viejos esquemas, también Michelin y Bidgestone han realizado fuertes inversiones para el diseño de unos neumáticos en los que no se prima ya la resistencia, sino la adherencia.
- Motor V8 de 2,4 litros. El paso de los V10 de 3 litros a los actuales motores, supone una pérdida de un 20% de potencia, lo que significa unos 200 caballos. Renault, en concreto, ha perdido sólo 180. Y todos los coches están en el inicio de su desarrollo. En un año volverán a estar cerca de los 900 de los V10. El cambio de motor ni abarata costes ni reduce la velocidad, otro de los objetivos de Mosley. Los motores giran ya a 20.000 rpm y la pérdida de velocidad la compensan con el cambio de neumáticos en la carrera. Los tiempos no variarán. Sólo el Toro Rosso compite con un V10 con rpm reducidas, lo que le favorecerá a bajo régimen, y ha sido muy criticado.
- Cambiar neumáticos en la carrera.
Es una medida que favorece claramente a Bridgestone y, en consecuencia, a Ferrari, que se mostró muy inferior a Michelin el año pasado cuando las gomas debían durar todo un gran premio. Las nuevas normas lo igualan todo. Cada coche dispondrá de siete juegos de seco, tanto duros como blandos; cuatro para mojado y otros tres para lluvia intensa. Los equipos deberán elegir antes de la clasificación si utilizan neumáticos duros o blandos. Las escuderías han aprovechado el menor peso del motor para colocar lastre en las partes más bajas, buscando una mayor adherencia y ajustar el chasis a los nuevos neumáticos. Los equipos que utilicen el tercer coche los viernes -a partir del quinto clasificado- tendrán una gran ventaja porque obtendrán información y podrán preservar sus dos coches oficiales.
- Nuevo sistema de clasificación.
Aunque la nueva fórmula es interesante porque permitirá ver los coches juntos en la pista, puede resultar difícil de entender para los aficionados que estén en el circuito. Los 22 coches correrán 15 minutos para eliminar a los de los seis peores tiempos. La operación se repetirá otros 15 minutos. Y los diez que queden tendrán 20 minutos para buscar la pole position, llenando el depósito con la gasolina con que quieran salir en la carrera, que repondrán tras la clasificación. Ello obligará a que los coches gasten gasolina para vaciar los depósitos y cambien neumáticos en los últimos minutos para buscar el mejor tiempo. Pero es un sistema con trampas porque cargará los motores para unos 50 kilómetros y, además, favorecerá al 11º, el 12º y el 13º porque podrán cargar la gasolina que quieran antes de la carrera mientras que del primero al décimo habrán debido determinarla antes de los últimos 20 minutos de clasificación.
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