El Celta estrecha el cerco sobre Osasuna
Cuando Baiano recogió aquel balón en la frontal del área, la gente del Celta no aguardaba sorpresas. Demasiadas jornadas en el limbo como para esperar un regreso triunfal. Primero, amagó y la pareja de centrales pasó de largo. Y, cuando Balaídos esperaba una apertura o una diagonal hacia el interior del área, el brasileño sacudió el látigo y sacó el precinto a la portería de Osasuna. No había mejor manera de empezar el partido. Sólo habían transcurrido cuatro minutos, el Celta se adelantaba y Baiano anunciaba que está de vuelta, que el físico le vuelve a acompañar y que se parece al delantero arrasador que deslumbró en otoño. Pero llegó diciembre y el brasileño se estancó en su séptimo gol. En tres meses sólo salió del agujero para cobrar un penalti, pero ayer puso el partido de cara y advirtió al Celta que puede contar con él para lo que resta de curso.
CELTA 2 OSASUNA 0
Celta: Pinto; Ángel, Sergio, Lequi, José Ignacio; Oubiña; De Ridder (Jonathan, m. 85), Jorge Larena (Iriney, m. 60), Canobbio (Gustavo López, m. 77), Silva; y Baiano.
Osasuna: Elia; Flaño, Cruchaga, Josetxo, Clavero; Valdo (Raúl García, m. 79), Puñal, Muñoz, Moha (Delporte, m. 62); Romeo (Webo, m. 62) y Milosevic.
Goles: 1-0. M. 4. Baiano recibe en la frontal del área, amaga y anota de fuerte disparo con la derecha. 2-0. M. 71. Canobbio aprovecha un error de Josetxo para colarse en el área y regatear y batir a Elia.
Árbitro: Fernández Borbalán. Amonestó a Josetxo, Cruchaga, Flaño, Milosevic y Gustavo López. Expulsó a Muñoz (m. 75).
Unos 15.000 espectadores en Balaídos.
Osasuna se dejó intimidar. No por el gol de Baiano, que también le arrugó, sino sobre todo por la remontada en la tabla del Celta, que le hizo sentir su aliento en la nuca desde el primer minuto. Cuando empezaba el año, el cuadro de Javier Aguirre era inalcanzable, pues viajaba doce puntos por delante. Ahora es la referencia en la clasificación, a apenas uno del de Fernando Vázquez. Claro que entonces no se parecía al equipo medroso y sin recursos que vagó por Balaídos, subordinado a un Celta que le desbordó en la primera parte y le contuvo en la segunda, cuando fue incapaz de convertir el monopolio del balón en ocasión alguna de peligro.
El Celta, como acostumbra, se encogió en la segunda mitad y se estiró en contragolpes siempre peligrosos, aunque el único que convirtió fue gracias a una pared de Canobbio con un defensa osasunista que dejó al uruguayo plantado frente a Elia, que sustituyó a Ricardo.
No fue el único cambio de Aguirre, que vuelve a tirar de las rotaciones y dejó a gente como Ricardo o Raúl García en el banquillo. El Celta, en cambio, parece haber dado con la manija. Una lesión de Iriney permitió semanas atrás inventar un conjunto mucho más ofensivo, sustentado por Oubiña como único medio centro. El relevo de Núñez por De Ridder en la banda derecha he terminado de solucionar los engranajes de un equipo que, superado el trauma del descenso a Segunda, llama ahora sin complejos a las puertas de la Liga de Campeones.
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