¿Reinventar el Pacto Antiterrorista?
Ya casi no necesita pistolas ni bombas, ETA tiene actualmente el inestimable apoyo del desacuerdo de la clase política. Independientemente de la explicación que cada uno dé a este hecho y de que cada partido responsabilice al contrario de esta aberrante situación, ahí está perpetuándose, permitiendo a la banda vanagloriarse de ello en sus comunicados. Que la lucha contra el terrorismo desde una sociedad democrática debe basarse en la condición necesaria del acuerdo de toda la clase política es tan obvio que, aunque tardos, los políticos de este país acabaron cayendo en ello, y los dos partidos principales suscribieron un Pacto Antiterrorista en diciembre de 2000. El origen de la situación actual parece residir en el sentimiento por parte de cada uno de los firmantes de que el otro lo incumple. Sobre todo desde que les tocó cambio de papel, en marzo de 2004.
"El terrorismo es un problema de Estado. Al Gobierno de España le corresponde dirigir la lucha antiterrorista, pero combatir el terrorismo es una tarea que corresponde a todos los partidos políticos democráticos, estén en el Gobierno o en la oposición. Manifestamos nuestra voluntad de eliminar del ámbito de la legítima confrontación política o electoral entre nuestros dos partidos las políticas para acabar con el terrorismo".
He citado el primer punto del pacto. ¿No es lo suficientemente claro? En cuanto a los posibles incumplimientos por parte de los firmantes, que cada uno lea el texto citado, analice la actuación de uno y otro desde entonces y saque sus propias conclusiones.
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