Williams arruina al Unicaja

Un salto gigantesco, un rebote crucial capturado por Williams, decidió el duelo a todo trapo que ayer libraron Unicaja y Barça y que dejó la clasificación del grupo D como pocos la esperaban. Los azulgrana suman ya dos victorias, por ninguna los de los malagueños, claros favoritos a colarse en la final de Praga, y ahora en serios apuros (68-71). Máximo anotador del Barça, el base azulgrana puso a funcionar sus muelles cuando el Unicaja aún tenía vida y ese rebote que capturó fue decisivo para la suerte del encuentro. Berni le hizo una falta antideportiva a Navarro y, aunque la Bomba falló los dos tiros, la consiguiente posesión aseguró la victoria de los azulgrana. Nunca pareció demasiado fácil para los azulgrana, pese a que Unicaja, presionado quizá por la necesidad de ganar para no perder comba en el Top 16, compareció ante el Barça demasiado agarrotado, como temeroso ante un rival que, a pesar de contar ya con una victoria en su haber, había mostrado un juego mucho más irregular y dubitativo que los malagueños.

El Barça leyó enseguida esa circunstancia y no se arrugó ante Santiago, inmenso en la zona azulgrana mientras se aguantó en pista -al final del primer cuarto ya sumaba dos personales-, ni ante la facilidad anotadora de Pepe Sánchez, ayer al mando de Unicaja en el inicio del encuentro. Marconato, que se dejó robar unos cuantos rebotes bajo su aro, estuvo, sin embargo, muy acertado en el contrario y sumistró balones preciosos para un Navarro, entonces muy acertado.

Ese factor, el del rebote ofensivo, fue si cabe más determinante en el segundo cuarto, cuando Scariolo prescindió de Santiago y de Pepe Sánchez y Unicaja se quedó seco. Nadie anotaba en el equipo malagueño, ni siquiera Garbajosa, a menudo letal. A la sequía de Unicaja, respondió el Barça con transiciones rápidas, casi siempre bien culminadas, ora por Basile ora por Williams o De la Fuente. Cuando no fue así, los azulgrana siempre contaron con la labor incansable de Marconato y Trias bajo el aro contrario.

Eso fue así, hasta que al Barça, como le sucede últimamente, le entraron las dudas. Unicaja endureció su defensa, recuperó a Santiago y a Pepe Sánchez y los jugadores de Ivanovic perdieron el norte y una ventaja que había llegado a los 10 puntos (29-39). Los triples de Sánchez (dos consecutivos) y el trabajo el aro de Santiago colocaron, por segunda vez en todo el encuentro, a Unicaja por delante en el marcador (48-46).

Ivanovic buscó entonces a sus hombres bajos para intentar romper el desacierto azulgrana desde la línea de tres. Regresó Navarro, se mantuvieron Williams y Basile y el Barça, con enormes dificultades, logró darle la vuelta al marcador (54-55). Con diez minutos por disputar, todo estaba por decidir. Equilibrado el partido, el Barcelona supo jugar entonces mejor sus bazas.