El Gobierno vasco prohíbe los homenajes al etarra que se suicidó

La Consejería vasca de Interior prohibió ayer todos los actos previstos para homenajear al preso de ETA Igor Angulo, que el pasado lunes se suicidó en la prisión de Cuenca, para evitar apología del terrorismo. Durante la jornada, grupos violentos lanzaron cócteles molotov contra el Palacio de Justicia de San Sebastián, arrojaron una botella incendiaria contra la sede de UGT en Alsasua y asaltaron la sede del PSE en Rekalde (Bilbao).

La Ertzaintza comunicó por la tarde, en el puerto alavés de Altube, a la comitiva que acompañaba al féretro de Angulo que todos los actos previstos en Santurtzi (Vizcaya) para homenajear al preso fallecido quedaban prohibidos, según explicó la Consejería de Interior. En la reforma del Código Penal de 2000, el artículo 578 incorporó el delito de exaltación del terrorismo, al que ayer se acogió el departamento que dirige el consejero Javier Balza para impedir todos los actos convocados por Askatasuna. El PP había exigido la víspera a Balza que impidiera cualquier acto de apología del terrorismo en relación con la muerte de Angulo.

Tras este anuncio, la comitiva se dirigió al cementerio de Santurtzi, localidad natal del fallecido, donde fue recibido minutos antes de las seis de la tarde por familiares y varios centenares de simpatizantes de la izquierda abertzale, entre los que se encontraba el histórico ex dirigente de HB Tasio Erkizia y los dirigentes de la ilegalizada Batasuna Joseba Álvarez y Juan José Petrikorena. Interior en ningún momento ha impedido los actos de carácter privado y familiar que puedan desarrollarse a partir de ahora.

Durante la madrugada, los actos de violencia callejera se sucedieron en Euskadi y Navarra. En el primero de ellos fueron lanzados cuatro cócteles molotov contra la fachada del Palacio de Justicia de San Sebastián. Las bombas incendiarias alcanzaron su objetivo, pero no provocaron más daño que el ennegrecimiento de la pared. También de madrugada, un grupo de kale borroka rompió una ventana de la sede de UGT en Alsasua (Navarra) y lanzó una botella con gasolina en su interior con el objetivo de quemar la sede sindical. El fuego afectó a los baños y a otras dos dependencias, aunque el hecho de que las habitaciones afectadas están recubiertas de baldosas impidió la propagación del incendio. Es el primer ataque que se produce contra una sede de UGT después de la reciente entrevista que tuvieron el máximo responsable de LAB, Rafael Díez Usabiaga, y el líder de UGT-Euskadi, Dámaso Casado.

El último incidente se produjo en la Casa del Pueblo del PSE en el barrio bilbaíno de Rekalde, que fue asaltada por una veintena de radicales que, a cara descubierta, se dedicaron a amedrentar a los presentes con frase como "yo que tú cerraría", y realizaron pintadas insultantes, como "PSOE, fascistas, asesinos".

El asalto se produjo tres horas después de que la Guardia Civil arrestara en ese mismo barrio a Gorka Ribadulla Mediero, acusado de participar en el ataque con cócteles realizado contra una garita del instituto armado en Bilbao en marzo de 2000. Ribadulla, con antecedentes por kale borroka, ha sido identificado mediante muestras de ADN.