Batalla por una herencia millonaria en el Supremo de EE UU

Anna Nicole Smith, antigua chica playboy, declara ante los poderosos jueces del Tribunal Supremo. Es una imagen que para muchos en Estados Unidos puede parecer increíble. Pero la realidad supera muchas veces la ficción y éste es un ejemplo. La antigua estrella del destape quiere agotar hasta el último recurso legal para hacerse con la fortuna de su difunto esposo, el magnate petrolero Howard Marshall, con quien se casó en 1994, cuando este tenía 89 años de edad. Smith tenía 26.

La popular stripper llegó a la noble sede del Tribunal Supremo vestida enteramente de negro y ocultando su rostro bajo unas grandes gafas de sol, mientras una docena de fotógrafos inmortalizaban el evento. Anna, raro en ella, guardó la compostura, no dijo ni una sola palabra y evitó firmar autógrafos a los admiradores que se agolpaban ante las puertas. Como explican los juristas, su caso ha logrado convertir una cuestión legal muy técnica en todo un espectáculo mediático. El Supremo debe decidir si el expediente es competencia de una corte federal o estatal. Convertida ahora en la imagen de una empresa de productos de adelgazamiento, Smith sabe que hay mucho dinero en juego y está dispuesta a ganar una batalla legal que dura ya 10 años. La fortuna del difunto tejano se estima en 1.600 millones de dólares. El magnate ya la había premiado en vida con 6,6 millones de dólares en regalos, que incluían dos casas, joyas valoradas en 2,8 millones y 700.000 dólares en ropa. Además, creó un fondo por el que la stripper podría recibir dinero tras su muerte. Pero Smith asegura que su marido le prometió que le daría la mitad de su fortuna. El hijo único del magnate, Pierce Marshall, 32 años mayor que su madrastra, montó en cólera, defendiendo que Howard Marshall le nombró único heredero.

Así empezó la batalla legal. Anna Nicole denunció a Pierce por haberle cortado el acceso a los fondos. Un tribunal federal dio la razón a la viuda, y le reconoció el derecho de ser compensada por los daños causados por el hijo de Marshall, al que acusó de haber alterado, destruido y falsificado documentos para mantenerla alejada del dinero. Pero el hijo del magnate ganó después en Tejas. Ahora tiene la palabra el Supremo -