Vallejo marca un hito

Fue una lucha vibrante y agotadora de seis horas, hasta que Paco Vallejo doblegó la tenaz resistencia del campeón del mundo, el búlgaro Véselin Topálov. El menorquín, de 23 años, abrillantó su irregular trayectoria desde que fue campeón del mundo sub 18, en 2000, y se convirtió en el primer español de la historia que gana al líder de la lista mundial. Ocurrió en Morelia (México), donde ayer terminó la primera vuelta del Torneo de Linares ante un público entregado a la pasión del ajedrez.

Los espectadores y los internautas llevaban ya tres horas en vilo por el gran combate entre Vallejo y el búlgaro afincado en Salamanca cuando el escritor español Julio Llamazares empezó su conferencia Ajedrez y literatura en una sala cercana del histórico palacio Clavijero, del siglo XVI, subrayando la similitud entre las tres fases de la novela y el deporte mental: planteamiento, nudo y desenlace; apertura, medio juego y final. El planteamiento de Vallejo había sido muy osado: repitió con las piezas negras la defensa semieslava, con la que había empatado otra lucha trepidante, de cinco horas, con el azerbaiyano Teimur Radyábov en la ronda anterior, a sabiendas de que Topálov la habría analizado junto a sus ayudantes y vendría armado hasta los dientes con nuevas ideas.

El medio juego fue un cuerpo a cuerpo feroz entre dos gladiadores convencidos de que tenían ventaja. A pesar de la enorme presión del reloj -ocho minutos para ocho movimientos en una posición de complicaciones diabólicas-, Vallejo pasó indemne el control de la jugada 40 (cuatro horas) mientras su rival estaba herido de muerte. Mientras tanto, Llamazares, muy aplaudido, terminaba su disertación con una alegoría sobre el histórico triunfo del estadounidense Bobby Fischer sobre el soviético Borís Spasski en el Mundial de 1972. A 200 metros, su compatriota Vallejo estaba muy cerca de hacer historia.

Pero entonces llegó el calvario: el menorquín, convencido últimamente de que la práctica del taoísmo le ayuda a un mejor rendimiento profesional, veía cómo el campeón del mundo planteaba trampas sibilinas y exprimía hasta la última gota todos sus recursos, en porfía de un fallo de su rival. "En el escenario hacía calor, y yo estaba cansado e incómodo porque no lograba rematar una posición técnicamente ganadora. Había empezado el torneo con dos derrotas ante quienes ahora son los dos primeros del torneo [el húngaro Leko y el ruso Svídler]. Luego me he ido entonando, jugando bien. Pero si se me escapa esa ventaja enorme frente al campeón del mundo, hubiera recibido un golpe demasiado duro", explicó después a este periódico mientras era estrujado durante media hora por los cazadores de autógrafos y fotos. Topálov, siempre impecable en su actitud, le había felicitado efusivamente tras ser rematado con una combinación muy espectacular, mientras el público, en pie, premiaba a ambos con una ovación estruendosa.

El torneo se reanudará el viernes en Linares (Jaén) tras una inolvidable primera vuelta en Morelia: sólo en la URSS y en el Mundial de Sevilla 1987 entre Kaspárov y Kárpov se han visto escenas de tanto fervor popular por el ajedrez, hasta el punto de que la policía tuvo que intervenir para librar a los jugadores de sus admiradores.

Clasificación tras la sexta ronda: 1º Leko 4,5 puntos; 2º-3º Svídler y Aronián 3,5; 4º-5º Radyábov e Ivanchuk 3; 6º Vallejo 2,5; 7º-8º Topálov y Bacrot 2.