El plan del litoral no protege de la urbanización los escasos kilómetros de costa vacante
La Vía Litoral, propuesta 'estrella' del documento, conectará la red de espacios naturales
El Plan de Acción Territorial del Litoral de la Generalitat, en exposición pública desde la pasada semana, no salva de la urbanización los escasos kilómetros de costa vacante no protegida. El documento parte de la base de que "casi todo el suelo que se tenía que desarrollar ya es urbanizable o se reclasificará a corto plazo y el suelo de primera línea que se tenía que proteger ya lo está". Es un plan que trata de conciliar el turismo y la construcción, motores de la economía valenciana, con una ordenación integral del espacio costero y que introduce novedades en la planificación de infraestructuras. Su proyecto estrella es la Vía Litoral, un corredor que discurre de norte a sur la comunidad y que conectará la red de espacios naturales de la costa.
"En estos momentos se puede afirmar que casi todo el suelo que se tenía que desarrollar ya está clasificado como urbanizable o se va a reclasificar a corto plazo, y casi todo el suelo que se tenía que proteger en primera línea ya está protegido", dice el Estudio de Impacto Ambiental del Plan del Litoral de la Consejería de Territorio.
El documento ilustra con algunos datos el estado del litoral valenciano, si bien a partir de datos de 1999. Los 60 municipios costeros concentraban por entonces casi la mitad (46,5%) de todo el suelo urbano y urbanizable clasificado. Cerca de 64.000 hectáreas. Algo menos de sexta parte del territorio concentra la mitad del suelo urbano y urbanizable y gran parte de la población.
De los 470 kilómetros de primera línea de costa, 229 (el 49%) eran suelo urbano, otros 86 (18,3%) era urbanizable, y 155 (33%) no urbanizable. De estos últimos, 147 (31%) están sujetos a protección, y otros 8 (1,7%) es suelo no urbanizable sin protección, susceptible de ser reclasificado. La conclusión es que más de la mitad del litoral valenciano estaba urbanizado en 1999 y se espera que se urbanice otra quinta parte del mismo, mientras un tercio está protegido.
De lo sucedido desde 1999 hasta ahora (seis años de diferencia), el estudio de impacto reconoce nuevas reclasificaciones en primera línea de costa, sobre todo en Castellón (Vinaròs, Torreblanca, Burriana, Moncofa) y Valencia, si bien no las concreta.
Pese a esta situación de ocupación intensiva del borde costero, el el plan no es restrictivo, pues no rescata de una posible urbanización futura los kilómetros de costa vacante, ya sean los 86 kilómetros de suelo urbanizables o los 8 de no urbanizable. En su lugar propone en la escasa costa libre "desarrollos estratégicos" como Mundo Ilusión o la Ruta azul.
Se aboga por un cambio de las pautas tradicionales de ocupación del suelo litoral, sin perder de vista que el turismo y la construcción son motores económicos, potencia la ocupación intensiva de terreno (según el modelo Benidorm), y propone actuaciones correctoras para conciliar la urbanización con la recesión del borde litoral.
Entre las estrategias que propone el plan está la creación de la Vía Litoral, un eje de norte a sur que conecte los espacios naturales costeros. La fachada litoral, donde se desarrolla el turismo como actividad de alto valor añadido, debe quedar libre de polígonos y áreas industriales -con la excepción de las áreas de influencia de los grandes puertos valencianos-, que se trasdalarán hacia el interior. También se apuesta por reconvertir las áreas costeras de segunda residencia en primera residencia mediante la dotación de más servicios.
Como usos alternativos al negocio puramente inmobiliario en la costa, el plan obliga a crear más suelo para instalaciones hoteleras en detrimento de las urbanizaciones residenciales y propone la edificación de complejos residenciales y de servicios para recibir la posible llegada masiva de jubilados extranjeros. El área de influencia del litoral se amplía a 19 municipios del interior gracias a nuevas carreteras interior-litoral y el frente costero se vacía, en la medida de lo posible con la creación de un gran eje viario norte-sur alejado de la costa. Por último se potencian los campos de golf, el uso recreativo-turístico de los puertos pesqueros, y se apuesta por las desaladoras para la obtención de agua suficiente.
Es pronto todavía, pero los partidos políticos de la oposición -PSPV y EU- ya han manifestado su desacuerdo con el plan. Acció Ecologista-Agró ya adelantó el pasado sábado que el plan es inadmisible.
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