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Reportaje:Juegos Olímpicos de Invierno

La gran oportunidad de Rienda

Todo favorece a la española, que abrirá la primera manga, para estar en el podio del gigante

Llegó el día. Los únicos momentos de María José Rienda para alcanzar la gloria olímpica en el gigante de Sestriere. El primero, a las 9.30 (La 2), porque abrirá la primera manga y podrá marcar diferencias para la segunda, que empezará a las 13.00 (La 2) con la 30ª clasificada y en orden inverso a los tiempos conseguidos. La esquiadora española, que ha sobrevivido en la élite mundial como una llanera solitaria dentro del mísero deporte invernal español, tiene la gran oportunidad de subir al mayor de sus podios. Con su tranquilidad y realismo habituales, dice que podría aún estar en los Juegos de Vancouver 2010, pero será difícil, si llega, que lo haga en las magníficas condiciones actuales.

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Una esquiadora técnica

Sexta en Salt Lake City 2002, donde ya tenía aspiraciones de medalla, María José no cuenta con el palmarés apabullante de rivales de más nombre, pese a ser la más veterana, pero ahora ha demostrado sobradamente su condición de favorita en su prueba. Ha logrado los mejores resultados de su vida antes de los Juegos y la pista de Sestriere Colle, que requiere muchos cambios de ritmo, favorece a sus condiciones de gran técnica. Sólo un imponderable, un error, podría apartarla del podio al que ya subieron los hermanos Fernández Ochoa: Paquito, oro en Sapporo 72, y Blanca, bronce en Albertville 92, ambos en eslalon. Sería la gloria a los 30 años de la sencilla y siempre equilibrada hija de los porteros de un edificio de apartamentos de Sierra Nevada, donde empezó a esquiar hace más de 20 años. Un largo camino.

Los números son incontestables. María José ha ganado tres de los siete gigantes disputados esta temporada en la Copa del Mundo, el primero en Aspen (Estados Unidos), en diciembre, y los otros dos, significativamente los últimos antes de los Juegos, en Ofterschwang (Alemania). Su forma es la más ajustada, pero en la élite, como también dice, cualquiera del grupo de las 15 mejores puede ganar. O fallar, porque se va al límite. La granadina empezó la campaña siendo la sexta en Soelden (Austria) y, aunque ganó en Estados Unidos, la vuelta a Europa se le atragantó al ser sólo séptima en Linz (Austria), novena en Spindleruv Mlyn (República Checa) y salirse en la segunda manga de Cortina d'Ampezzo (Italia). Sin embargo, había hecho el mejor tiempo en la primera y anunciaba su gran forma, como confirmó después.

Tendrá rivales de excepción. La sueca Anja Paerson (dorsal 3 hoy) ganó en Linz y también el segundo gigante alemán, igualada con la andaluza, tras quedar segunda en el primero. Y ha ido a más en los Juegos tras ganar dos bronces en el descenso y en la combinada y el oro en el eslalon.La croata Janica Kostelic venció en la prueba checa y puede hacerlo en cualquier parte, aunque sus problemas de salud parecen tenerla ya al límite. Pero es asombrosa. Ganó con gripe el último eslalon antes de los Juegos. No hizo por ello el descenso olímpico, aquejada de taquicardia entre el virus y su hipotiroidismo, pero volvió para ganar la combinada y ser segunda en el supergigante y cuarta en el eslalon. Pero está inscrita y le ha tocado el dorsal 4 en el sorteo. Además, estarán las tremendas austriacas, encabezadas por Nicole Hosp (7), otra ganadora esta temporada, en Cortina, y plata olímpica aquí en el eslalon, y Marlies Schild (10), bronce, junto a las aún más jóvenes Kathrin Zettel (5) y Michaela Kirchgasser (14). Todas han estado por los podios.

María José llega con una preparación exquisita porque tiene detrás un equipo magnífico, clave en su despegue definitivo. Los cinco triunfos en la Copa del Mundo, que han superado los cuatro de Blanca, van paralelos al técnico suizo Mauro Pini, que la dirige. Es de Airolo, del Ticino, la Suiza italiana, e italiano es el resto del grupo que vive con María José más que su marido, clave también en su equilibrio y que viaja con ella cuando puede, como ahora. El material depende del skiman Walter Ronconi y el cuerpo de la esquiadora de la fisioterapeuta y osteópata Norma Tipaldi. Ya a distancia, reuniéndose en momentos determinados, Carlos Álvarez supervisa su preparación física, un psicólogo la ayuda y un médico, Tomás Calero, el mismo del Betis, controla su salud.

Sin llegar a las potentes Paerson, Kostelic o las austriacas, María José es suficientemente fuerte, pero su mejoría ha sido sobre todo técnica: "Es a lo que más importancia le doy, ya que puedes estar físicamente muy bien, pero, si no tienes técnica, no te sirve de nada. Y con lo psicológico pasa lo mismo. Por mucho corazón que pongas, si no tienes técnica, no va". Hoy es la gran ocasión de demostrarlo. Los Príncipes de Asturias la verán en directo.

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