Aviso para Rienda

La sueca Anja Paerson, una de las grandes rivales de María José Rienda mañana en el gigante, logró ayer en un eslalon casi fantasmal por la niebla, la primera medalla de oro olímpica que le faltaba en su ya magnífico historial, tras ser sólo bronce en el descenso y en la combinada. Se separó medio segundo en la primera manga con mejor visibilidad de las otras favoritas austriacas, Nicole Hosp y Marlies Schild, y de la croata Janica Kostelic, y se subió al fin a lo más alto del podio. Paerson, Kostelic, Schild, Hosp, y hasta la otra jovencísima austriaca Michaela Kirchgasser, quinta ayer, porque Kathrin Zettel se salió, todas ejercen una polivalencia y trabajo que asusta y da réditos. Mientras tanto, la granadina, solitaria superviviente del raquítico esquí español, sólo se entrena y se lo jugará todo a cara o cruz en una única oportunidad. Repitió que está preparada, que sus rivales son las conocidas, y que el triunfo será de quien menos falle. El esquí suele reducirse a eso, pero el problema español es que no tiene casi dónde escoger.

Sin resultados aún de las redadas del dopaje, el triunfo histórico de ayer lo protagonizaron los hermanos suizos Schoch, que cumplieron su papel de favoritos y se enfrentaron en la final del eslalon paralelo del snowboard. Sucedieron a las francesas Christine y Marielle Goitschel, oro y plata, alternadas, en eslalon y gigante de Innsbruck 64, y de los gemelos estadounidenses Phil y Steve Mahre, en el eslalon de Sarajevo 84. Philipp, de 26 años, revalidó su título de 2002 ante Simon, un año mayor, líder de la Copa del Mundo. "Hablamos antes y dijimos que nos divertiríamos y que, simplemente, ganara el mejor", comentó Philip.