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Fútbol | Liga de Campeones

La primera derrota de Mourinho en casa

Decidido a jugar a fútbol, lo único que de verdad le preocupa, Leonel Messi ni se inmutó cuando al llegar a Stamford Bridge vio que estaban regando el campo. Consciente de que había más tierra que hierba, el menudo delantero escogió las botas con taco de aluminio que le garantizaban mayor sujeción sobre el barro, se puso la camiseta amarilla con el 30 en la espalda y se dispuso a pegarse a la banda derecha del ataque azulgrana. Acto seguido, se convirtió en protagonista del partido: lo fue cuando desató todo su talento y protagonizo las mejores jugadas del Barça. Messi dejo detalles imborrables en la videoteca de la Champions, como su remate a la escuadra en el segundo tiempo, pero a punto estuvo de dejar el campo en camilla, porque, en contra de su voluntad, también protagonizo lances de un partido mucho más desagradable.

Lesionado Gallas, a Del Horno le tocó emparejarse con el menudo delantero. Harto de verle más el dorsal que la cara, decidió forzar la máquina para acabar con lo que empezaba a ser un monólogo de Messi. Se le fue la mano. En el minuto 30 mereció ser expulsado por una patada a la rodilla derecha de Messi. El árbitro pitó saque de banda. Ni se quejó, siguió jugando y le birló el balón a Robben. Messi se lo arrebató al holandés, le humilló con un sutil toquecito y al salir en busca de la portería, Del Horno, ignorando donde estaba el balón, se estampó contra él. Esta vez, Terje Hauge le enseñó la roja.

Lejos de asustarse, Messi volvió a jugar con esa insensata valentía que sólo tienen los talentos privilegiados para el fútbol.Obediente, no se movió nunca de la banda derecha del barrizal londinense, desde donde lanzó diagonales envenenadas al area. Si no fueron gol, la culpa no fue suya: en especial, en un balón que se paseó por todo el area rival en el segundo tiempo servido a modo de pase de la muerte y que nadie atinó a meter en la porteria rival, cuando el marcador era de 1-0.

"Ha sido un partido impresionante. Sabíamos que iba a ser muy duro y lo ha sido en la primera parte. Nos ha ido bien cuando hemos jugado raso. El 1-2 es importante y la forma en que hemos ganado nos da mucha fuerza", dijo Messi, que se fue de Stamford Bridge abrazado por sus compañeros, aplaudiendo a la afición, lleno de barro y con las piernas, seguramente, magulladas de tanta patada. Y con un zumbido en los oídos por los abucehos de la afición inglesa. El argentino fue ayer el rey sobre el barro, aunque los goles los marcaran otros. Será por eso que sus compañeros le buscaron en el abrazo. A él, el más joven, el de más talento y sin duda el más valiente anoche sobre el barro. Una noche que certificó la primera derrota de Mourinho en Satamford Bridge.

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