Unos indiscretos diarios de Carlos de Inglaterra
El príncipe defiende en los tribunales el derecho a la propiedad intelectual de su contenido
Al príncipe de Gales, Carlos de Inglaterra, le gusta escribir y compartir sus opiniones con familiares, amigos y asesores. Es un hábito que cultiva desde hace 30 años y que salió a la luz a finales de 2005 con la publicación en la prensa británica de algunos extractos de sus diarios personales. Entre ellos, el dominical Mail on Sunday entresacó comentarios puntillosos de un texto de 3.000 palabras que presuntamente redactó el heredero de la corona británica sobre la entrega de Hong Kong a la República de China en 1997. Ironía e indiscreción derrocha el príncipe en el título de estas páginas de su diario, donde reduce la potencia asiática a un gran takeaway, término inglés para describir el servicio de comidas a domicilio. A los diplomáticos chinos los define de "deplorables y viejas piezas de cera", y un discurso del entonces presidente Jiang Zemin lo ventila como burda "propaganda". Carlos envió copias a su entorno de amistades y, esta semana, defiende en los tribunales el derecho a la propiedad intelectual sobre sus diarios y a la confidencialidad de su contenido. Tiene a la prensa en contra. En la primera sesión del pleito, ayer, el equipo legal del heredero claudicó en su objetivo inicial de escuchar a puerta cerrada los testimonios más comprometidos, entre ellos la declaración de Mark Bolland, antiguo asesor de prensa de Carlos. El prestigio del heredero de la corona está tan en tela de juicio como el derecho de privacidad sobre sus opiniones compartidas entre la corte.-
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