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Reportaje:

Las estrellas del tiempo

Los meteorólogos televisivos traducen en palabras programas estadísticos y modelos matemáticos

Son divulgadores de una información pegada a la vida, práctica y a la vez etérea. Rastrean el tiempo, lo captan en imágenes y lo transmiten con voz segura. Pero no son infalibles. Florenci Rey, el rostro del tiempo en Cuatro y CNN + y la voz de la cadena SER, habla de que existe un "margen de incertidumbre". Para Mario Picazo, de Tele 5, hay "un margen de suspense". Meteorólogos con lenguaje de periodistas unos, presentadores con formación meteorológica otros; tienen en común traducir en palabras programas estadísticos y modelos matemáticos.

El coordinador de la información meteorológica de TVE, José Antonio Maldonado, de 61 años, no se parece a Mariano Medina, pero su aura le acompaña. Algo del antiguo maestro asoma en el gesto de este meteorólogo de estilo sobrio, imagen de marca de TVE. "Lo poco que sé lo aprendí de Mariano Medina", confiesa. No en un plató de televisión sino en el Instituto Nacional de Meteorología (INM), donde Medina fue su profesor y su jefe. Maldonado, físico de carrera, ingresó en el INM en 1970. "Hubiera querido ser aviador, y en aquel tiempo Meteorología dependía del Ejército del Aire: Aviación era el principal cliente del Instituto, y la relación era muy estrecha".

En 1982, Mariano Medina, Pilar Sanjurjo y otros pioneros de la información del tiempo en televisión abandonaron el medio. La Ley de Incompatibilidades les obligó a elegir y la mayoría se ciñó a su trabajo en el Instituto. Se produjo un vacío hasta 1986. Ese año se inauguró la televisión matinal y José Antonio Martínez Soler rescató el hombre / mujer del tiempo.

Se creó un área de meteorología y ficharon a Maldonado, que colaboraba ya en Radio Intercontinental. Al llegar a televisión, a su condición de experto añadió la de presentador. Su principal fuente de información es el INM, con quien RTVE tiene establecido un contrato. En el caso de Maldonado la relación con el Instituto es constante: su veteranía le permite matizar algunos extremos con sus compañeros cuando surgen discrepancias. En alguna ocasión incluso media entre sus compañeros de televisión y los de Meteorología, para que no se disparen los titulares: "No se puede decir nunca ha habido tal fenómeno, o es la primera vez que... Hay que ser cuidadoso", subraya.

"Tratamos de contextualizar la información meteorológica y completarla, explicar por qué sucede lo que está ocurriendo", afirma Florenci Rey. Rey, de 32 años, es geógrafo, otra de las vías habituales de acceder a la meteorología. Estudió Geografía y se especializó en climatología. En 1995 empezó a colaborar con Radio Barcelona y continuó vinculado a la SER.

Fue el azar lo que convirtió a la periodista Mar Asenjo, de 37 años, en la cara del tiempo. Al terminar Ciencias de la Información se presentó a un casting del Canal 24 Horas para seleccionar informadores y presentadores. Asenjo formó parte de los elegidos y le adjudicaron el tiempo. Fue un jarro de agua fría: los primeros días se sintió algo perdida, pero había hecho colaboraciones en la radio y no tenía miedo al micrófono. En esta primera etapa trabajó con Maldonado, uno de sus referentes. Luego pasó a Antena 3, donde lleva siete años fundiendo su voz radiofónica con los mapas de isobaras. "Huyo de tecnicismos y trato de contar el tiempo de forma clara y concisa", explica. Aporta el matiz amable: "Trato de ser una amiga que le pone buena cara al mal tiempo", agrega. Adscrita esta temporada al informativo de fin de semana, se encarga de captar el Meteosat, elaborar los mapas, además de informar después.

Mario Picazo, responsable de la información meteorológica de Tele 5, de 43 años, es partidario de innovar y de utilizar todos los recursos tecnológicos para lograr una información "directa y fresca, además de rigurosa". Formado como físico en Estados Unidos, es profesor universitario y lleva 10 años en televisión. Muestra un gran interés en ser didáctico y echa de menos salir al lugar de los hechos cuando se producen acontecimientos meteorológicos de envergadura. "Fuimos los primeros en hacerlo, pero ahora esta información la asume la sección de Sociedad", añade nostálgico.

Aunque maneja diversas fuentes, y una empresa norteamericana especializada le facilita gráficos sobre los que confecciona sus propios mapas, en la próxima temporada se plantea integrar las imágenes suministradas por Meteosat con las facilitadas por radar. "Es caro, pero, en determinadas situaciones, sobre todo si está lloviendo, es muy ilustrativo, ya que la intensidad del fenómeno se identifica con una gradación de colores".

Imagen de Sam.
Imagen de Sam.

Sam, el presentador virtual

Al principio de aparecer en televisión, los profesionales del tiempo parecían dueños de un lenguaje secreto. Hoy, a pesar de su complejidad, la animación, el color y la tecnología auguran que la información meteorológica será cada vez más interactiva. "La fuente de información ha evolucionado de forma extraordinaria", afirma Florenci Rey. "Además de contar con el INM, con quien tenemos acuerdos de emisión de las imágenes vía Meteosat, elaboramos nuestro propio modelo", apunta. Un modelo que se construye con aportaciones distintas, entre ellas las del Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo.

En este camino hacia la evolución surgió Sam, el primer hombre del tiempo virtual, creado por Activa Multimèdia, la marca tecnológica de la Corporació Catalana de Ràdio i Televisió (CCRTV). Sam es el primer meteorólogo virtual que aparece en pantalla y presenta el tiempo en Canal Méteo (dial 79, de Digital +). Las frases que Sam dice se construyen automáticamente a partir de una base de datos, que son los mismos que emplean los profesionales de los servicios audiovisuales de meteorología de Activa Multimèdia.

Virtuales o humanos, la certeza absoluta es aún una conquista imposible. "Los pronósticos no pueden certificarse al cien por cien. Se dan entre un 75% y un 90%, pero puede suceder que aciertes nueve días seguidos y al décimo te equivoques", admite José Antonio Maldonado.

En conjunto captan las temperaturas con bastante precisión, pero los cielos revueltos y las precipitaciones extremas se les resisten. "Hay situaciones muy claras en las que pones la mano en el fuego, pero hay otras más inciertas, en las que puede ocurrir de todo y en las que no puedes escudarte en un pronóstico reservado, como los médicos", añade Maldonado.

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