Manuel González Herrero, abogado y humanista
Fue decano de Segovia y presidente de los colegios de abogados de Castilla y León
Manuel González Herrero, que falleció la madrugada del pasado martes, cuando contaba con 82 años, fue algo más que un abogado de Segovia, profesión que desarrolló durante 52 años, hasta que un edema pulmonar le llevara al hospital, horas antes, pese a que iba consumiéndose poco a poco tras la marcha de su esposa y compañera, Julia.
Junto a la defensa de los más desfavorecidos, gratuita en muchos casos, principalmente en la dura posguerra, este letrado destacó en el campo del humanismo, el pensamiento, la historia, las letras y la defensa de su tierra. Nombrado hijo predilecto de la provincia por unanimidad de todos los grupos políticos de la diputación, el 20 de mayo de 2004, su veintena de libros, conferencias y publicaciones -entre las que destacan las de Estudios segovianos, de la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, un centro de estudios locales- se centraron en el estudio y fomento de todas las cuestiones relacionadas con Segovia, principalmente desde una perspectiva histórica.
No ocultaba su devoción por la tierra que le vio nacer y que conocía hasta el último rincón en un continuo peregrinar por los pequeños pueblos segovianos, charlando con labradores, pastores o vaqueros.
Nacido el 12 de noviembre de 1923, fue biógrafo del folclorista Agapito Marazuela, a quien conoció en la cárcel durante la etapa franquista, con quien le unió una estrecha amistad, y en cuya memoria está creado el Premio Nacional de Folclore, de cuyo jurado ha sido presidente. Miembro de la Asociación Española de Etnografía y Folclore, en 1980, fue uno de los fundadores de Comunidad Castellana y de los ideólogos del proyecto de autonomía uniprovincial para Segovia, desvinculándola de Castilla y León y dependiente de Madrid.
De padre republicano, próximo a algunas de las tesis del viejo socialista Anselmo Carretero Jiménez, su planteamiento de que la organización territorial del Estado no respetara a la región castellana le separó de algunos sectores de la izquierda.
Decano del Colegio de Abogados de Segovia entre 1977 y 2003, González Herrero ostentó también la presidencia de los colegios de Castilla y León, y estaba en posesión de distinciones como la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafor o la Cruz al Mérito de la Abogacía, otorgada por el Consejo General de la Abogacía Española, entre otras. De su trabajo profesional durante más de medio siglo valoraba el contacto con las personas en su despacho, al que irónicamente comparaba como un espacio que albergaba una pequeña romería de la provincia; y aún recordaba el impacto que le produjo la catástrofe de Los Ángeles de San Rafael, con 58 fallecidos, en 1969, y la lucha que encabezó por defender los derechos de las víctimas y sus indemnizaciones, que parecían desorbitadas para aquellos tiempos, pero que a su juicio guardaban una proporción con las dimensiones de la tragedia. Los restos mortales del abogado fallecido, padre de tres juristas, recibieron sepultura, el pasado miércoles, en Segovia.-
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