Sin Heras, tres kazajos

Mediado julio pasado, Manolo Saiz ya tenía una idea de cómo quería que fuera el Liberty Seguros-Wurth. En ella no entraba Roberto Heras. "Ficharemos a Alexander Vinokurov como hombre de transición para asegurarnos la competitividad en el Tour mientras Alberto Contador madura", dijo; "Heras será bueno para el Giro". Los hechos, el positivo por EPO de Heras en la Vuelta a España, su sanción de dos años, contribuyeron a acelerar los planes de Saiz, que ayer presentó su equipo ciclista para esta temporada. Vinokurov, de 32 años, dijo que ha cambiado de colores -el perenne animador de las grandes carreras, el Jalabert del siglo XXI, proviene del T-Mobile, el conjunto del alemán Jan Ullrich- porque quiere "ganar el Tour". Saiz dijo que, sin el estadounidense Lance Armstrong, el próximo Tour lo ganará el Riis de turno -el veterano danés que ganó el que no fue el sexto Tour de Miguel Indurain- y que 2006 será el único año en que su kazajo tendrá la oportunidad. De Heras nadie habló desde el estrado en una presentación amena conducida por Eva Hache, quien, al ver que dos kazajos más, Kasheckin y Yakovlev, cerraban filas con Vinokurov, bromeó con éste: "¿Qué? ¿Has animado a todos tus amigos a hacerse ciclistas?" "Sí", le respondió el ganador de la última Lieja-Bastogne-Lieja y de la etapa de París del Tour 2005; "he llamado a todos para que estén conmigo". "Pues o no te han hecho mucho caso o tienes pocos amigos. Sólo han venido dos", zanjó la humorista ante su cara de póquer, de incomprensión.

Pero no todo transcurrió de forma jovial. A Saiz se le preguntó en un corrillo por Heras y la mañana, entre canapés y cervezas, se tornó trascendental. El director de Torrelavega asumió en carne propia la afrenta a su corredor. "Ha llovido mucho, pero internamente. Lo he pasado muy mal", confesó; "si no es por la concentración que monté en diciembre no salgo de ésta. Lo habría dejado. Pero allí les pedí a todos que me hicieran un escrito con sus sueños y vi que podía convertir sus objetivos en los míos".

Allí se acabó el tono trágico. Allí la cuestión subió y pasó a ser un asunto de Estado, de pura conspiración. Si para Miguel Madariaga, director del Euskaltel-Euskadi, la culpa de que Aitor González e Iñigo Landaluze hayan dado positivo y de que la federación estudie sancionarlos es de "los que mueven los hilos en Madrid", para Saiz la razón del positivo de Heras hay que buscarla en "un cierto mando único cuyas consignas se siguen en todos los aspectos de la vida en España". "No voy a decir más", explicó; "Heras dio positivo. Acato la sanción. Pero me gustaría que la tolerancia cero con el dopaje se aplicase a todos los aspectos en España, un país que socialmente no es ejemplar".