El Tau dinamita el partido
El conjunto vitoriano saca el rodillo y frena en seco al Joventut
Tiene dinamita el Tau. No hacía falta que llegara el partido de ayer para sacar esa conclusión. Pero si alguna duda quedaba sobre sus aspiraciones en esta Copa del Rey, por aquello de tratarse de un torneo que gusta de las sorpresas, las borró el Tau de un plumazo tras hacerle un roto de consideración a un Joventut que bastante hizo con mantenerse más o menos entero en varios momentos del choque.
Era el brasileño Splitter uno de los más observados por los agentes de la NBA que hasta Madrid se acercaron. El chico, desde sus 21 años y sus 2,10 metros de estatura, tenía una oportunidad única para lucirse ante los enviados de la mejor Liga del mundo. La aprovechó a lo grande. Ejecutó una actuación colosal, de inicio a fin, apareciendo además en los dos momentos trascendentales del partido: en el arranque, cuando el Tau dejó claro que no estaba para bromas, y en el último cuarto, cuando el Joventut amenazaba con poner en cuarentena el anunciado triunfo vitoriano. Visto lo visto, poco cuesta imaginar que los días de Splitter en Europa están contados.
TAU VITORIA 92 - DKV JOVENTUT 72
Tau: Prigioni (10), Hansen (15), Jacobsen (0), Scola (6) y Splitter (18); Vidal (2), Ukic (7), Erdogan (21), Drobnjak (2) y David (11).
Joventut: Bennett (6), Vázquez (0), Barton (16), Archibald (6) y Anagonye (5); Huertas (6), Rudy Fernández (11), Ribas (0), Mumbrú (10), Flis (0) y Betts (12).
Árbitros: Pérez Pérez, García Ortiz y Pérez Pizarro. Excluyeron por cinco personales a Splitter (m. 37), Anagonye (m. 40) y Fernández (m. 40).
Unos 13.000 espectadores en el Palacio de los Deportes.
4º CUARTO 30-17
3º CUARTO 18-19
2º CUARTO 17-22
1º CUARTO 27-14
Bastaron unos minutos, tres para ser exactos, y el marcador mostraba ya un rotundo 9-0, justo castigo a un Joventut que no se enteraba de por dónde le caían. No es que el arranque del Tau hubiera sido algo fuera de lo normal. Bastó con que presionara en la salida del balón de su rival para que éste se enredara de mala manera. No encontró Bennet ningún socio que le ayudara en la tarea y el Joventut se fue empequeñeciendo a toda velocidad. Falló sus seis primeros ataques y tardó cuatro minutos en encestar. En el otro bando, Splitter -11 puntos en el primer cuarto- se daba un festín.
Mientras esto ocurría en la pista, Rudy Fernández descansaba en el banquillo. Razones tendría Aito García Reneses, el técnico del Joventut, para adoptar esa medida. Pero lo cierto es que su equipo era incapaz no ya de acertar, sino de ni siquiera encontrar tiros cómodos ante la agresividad del Tau.
Salió Rudy, por supuesto, y encestó sus dos primeros lanzamientos. Pero su puntería apenas mitigó la sangría. El turco Erdogan se había hecho presente en el Tau. Y todo lo que lanzó lo metió. Tras acumular 13 puntos de desventaja en el primer cuarto, Aito optó por innovar. Dado que dañar bajo los tableros al Tau se antojaba una quimera, dejó en pista a un solo pívot, a la espera de que el tiro exterior le diera réditos. No se los dio. Un parcial de 15-1, con Prigioni marcando diferencias en la dirección respecto a Bennett, Marcelinho y cualquiera que se le pusiera delante, pareció echar el cierre al partido. Pero gobernaba con tanta suficiencia el Tau, y así lo certifica el 42-22 del minuto 15, que bajó de revoluciones. Rudy encontró ayuda en el checo Barton y la Penya fue limando diferencias. A ello le ayudó, sin duda, que en la cancha estaba Scola. O su sombra, mejor dicho. El argentino, martillo habitual de cuanto rival se mide al Tau, se mostró en la peor de sus versiones. Pero es el de Vitoria un conjunto con tantas alternativas, bajo los aros y fuera de ellos, en la pausa y en el jaleo, que lo mismo da que uno de sus galácticos tenga el día perro.
El caso es que el Joventut logró llegar al descanso vivo (44-36). Incluso fue capaz de conseguir que esa diferencia no creciera, con Mumbrú mostrando algo de acierto, sin exagerar, y con el británico Betts dando sentido al juego interior del equipo, inexistente hasta entonces por culpa de Splitter y de un animado David.
Pero el Joventut nunca dio sensación de poder dar la campanada. Ni siquiera cuando se acercó a seis puntos de su rival (59-53) mediado el tercer cuarto. Para mayor desgracia, fue entonces cuando Rudy cometió su cuarta personal y al banquillo se fue. No volvió Aito a acordarse de él. Velimir Perasovic el entrenador del Tau, aprovechó ese momento para poner toda la artillería en liza. Y volvió el recital. En la zona, Splitter le puso rúbrica a cada invento de Prigioni y, lejos de ella, Erdogan sacó el fusil. Resultado: en un visto y no visto, el Tau dinamitó el partido.
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