El Madrid fulmina al Barça
Reyes, Rakocevic y un parcial de 16-0 en el último cuarto clasifican al equipo de Maljkovic
Algunos partidos son algo más que un partido. Para el Real Madrid, la victoria sobre el Winterthur Barcelona fue más que una victoria. Por muchos motivos. Porque, aparentemente, no llegaba en un buen momento a la cita; porque el Barcelona le está ganando tantas veces ya en estos últimos años (10-1 era hasta ahora el parcial en la Copa) que corría el peligro de quedar desnaturalizado el clásico; porque jugaba en su casa. Más aún, porque, encima, el equipo de Ivanovic le metió un buen tute durante buena parte del partido y también porque hasta las hinchadas de la mayoría de los equipos presentes se lo tomaba con rechifla al grito de "¡Fuenlabrada, Fuenlabrada!".
Por todo eso y por muchas cosas más, el partido constituía un desafío para el Madrid. Lo sacó adelante, de manera espectacular, desprendiendo cierto aroma épico, levantándolo cuando parecía contra las cuerdas. El último cuarto fue determinante y el Madrid recuperó en él una autoridad como no se le recordaba, obtuvo un monumental parcial de 16-0 y lo cerró con 25-9. Concluyente, abrumador, para un Barcelona que se quedó paralizado.
REAL MADRID 77 - BARCELONA 67
Real Madrid: Sonko (7), Rakocevic (22), Gelabale (2), Hamilton (4) y Felipe Reyes (14); Bullock (16), Hervelle (3), Tomas (6), Fisher (0) y Hernández-Sonseca (3).
Winterthur Barcelona: Williams (9), Navarro (16), De la Fuente (3), Fucka (6) y Marconato (10); Basile (6), Kakiouzis (13), Thornton (2), Marc Gasol (2) y Grimau (0).
Árbitros: Arteaga, De la Maza y Conde. No hubo ninguna exclusión.
Unos 14.000 espectadores en el Palacio de los Deportes.
4º CUARTO 25-9
3º CUARTO 19-17
2º CUARTO 18-18
1º CUARTO 15-23
El conjunto blanco sacó adelante el encuentro de modo espectacular, con cierto aroma épico
Bullock, al que le costó entrar en calor después de los problemas físicos que habían amenazado con dejarle fuera del partido, tardó 18 minutos en anotar su primera canasta. Las diferencias eran tan ostensibles en la estadística como en el juego. El Barcelona transmitía seguridad. Se le adivinaban estrategias exhaustivamente preparadas. Tan descaradas algunas como la defensiva: trató de anular a su rival en la zona más cercana a su aro. Ni Hamilton ni Reyes podían recibir allí. No parecía importarle que eso le impidiera a Fucka salir a por Reyes cuando éste se iba a buscar tiros desde cuatro o cinco metros. Felipe tiene buena mano y lo certificó. Le hizo daño al Barcelona, pero la ofensiva del Madrid quedaba muy limitada. No podía ni lanzar ni hacer circular la pelota cerca del aro. Si no abría la defensa azulgrana a base de triples, quedaba fatalmente limitado.
El Barcelona se sintió muy cómodo en el ataque. En esas circunstancias, nadie como Navarro para sumar puntos con un desparpajo que desespera a quien tenga la ingrata labor de ponerle freno, léase Sonko, Rakocevic, o Bullock. Eso, añadido a la impunidad con la que Marconato maniobraba en el aro. Casi todos sumaban y las brechas se abrieron: 13-23 y 24-37.
Pero Rakocevic y Bullock se entonaron, el Madrid se impuso en la batalla por el rebote (40 del Madrid, 16 de ellos en ataque, por 28 del Barça) y los azulgrana perdieron la rapidez. El juego se hizo espeso. Los errores se repartían. Era el punto de inflexión que buscaba el Madrid. Más descontrolado el juego, las posiciones francas para lanzar triples se sucedieron y Bullock y Rakocevic fueron quienes mejor las aprovecharon. Un triple del base norteamericano le dio la vuelta al marcador: 52-51.
El Barcelona se rehizo y llegó al último cuarto en mejores condiciones: 52-58. En el momento crucial, el Madrid tomó las riendas. Maljkovic dispuso a su equipo durante una breve pero importante fase en una zona que acabó de encasquillar el ataque del Barça. También puso en pista a sus tres hombres clave en el juego exterior: Bullock, Sonko y Rakocevic. El Madrid se desmelenó. Hervelle, Rakocevic y Sonko encadenaron tres triples que le dieron la delantera y dejaron petrificado al Barcelona, que ya no dijo ni mu.
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