_
_
_
_

Cirugeda defiende la idoneidad de su barrio para jóvenes en Basauri

El proyecto prevé 35 viviendas individuales de 42 metros, de bajo alquiler y zonas comunales

Palafitos del siglo XXI a 200 euros al mes durante cinco años en Basozelai, lo mejor de Basauri, para jóvenes que quieren emanciparse y no les importa vivir con obligaciones comunitarias. El proyecto de 35 viviendas de alquiler, surgido desde el Área de Juventud del Ayuntamiento (PNV), ha revelado las contradicciones sociales y políticas que provoca la resolución del problema de la vivienda para los jóvenes. De momento, la iniciativa ha encontrado el rechazo del resto de los grupos políticos, incluso los que participan en el equipo de gobierno.

Sin embargo, los jóvenes de Basauri han reaccionado en buena parte con ilusión ante la propuesta del arquitecto Santiago Cirugeda (Sevilla, 1971): es un proyecto atractivo, ecológico, económico, apuesta por la vida en comunidad e incentiva el ahorro de los arrendatarios. Y, encima, son construcciones en madera, de una planta, pequeñas casas independientes; nada que ver con los habituales edificios de viviendas sociales.

Santiago Cirugeda estuvo hace tiempo en Arteleku (San Sebastián), impartiendo un taller de arquitectura. Conocido por su actividad contra la especulación urbanística y el alto precio de la vivienda, ha trabajado -siempre con escrupuloso respeto a la normativa vigente- en la ocupación de espacios públicos con contenedores de obras o en la construcción de prótesis habitables en fachadas, patios o cubiertas. Sus proyectos se han presentado en el Centro George Pompidou de París, en la Bienal de Arquitectura de Rotterdam o en la de Venecia.

Cuando el concejal de Juventud de Basauri, Urtzi Arriaga, preocupado por la situación de los jóvenes de esta localidad de 40.000 habitantes, se planteó una solución posible, se acordó del trabajo de Cirugeda. "Se trataba de resolver ese primer paso hacia la emancipación, un espacio transitorio que también posibilitara la relación entre los arrendatarios y el resto del pueblo". Porque el solar elegido, una ladera en Basozelai, frente al campo de fútbol del Baskonia, es una de las referencias de ocio clásicas del pueblo, donde pasean los jubilados y se enamoran los más jóvenes.

Santiago Cirugeda ha tenido en cuenta todos los factores que estaban en juego. Es terreno urbano, pero su propuesta respeta el entorno natural. Ha creado un pequeño barrio de 35 viviendas individuales, que salvan la ladera con micropilotes, unidas en su cubierta por espacios comunes y que permiten el paseo por su interior. "No se podía dejar de lado a quienes ahora frecuentan la zona", comenta el arquitecto sevillano.

El diseño, a vista de pájaro, es la de un pequeño barrio de caseríos, sin aparente ordenación urbana. Son edificaciones de 42 m2 de planta, con 20 m2 de terraza, que se sostienen sobre la ladera sin agresividad, al aire. Los muros y el techo se construirán a partir de planchas de madera maciza, una solución inspirada en las viviendas sociales de Austria, donde se llegan a levantar edificios de cinco plantas con este material. La distribución interior será mínima, salvo el baño y quizás un pequeño dormitorio para el arrendatario.

Espacios comunes

Y luego están los espacios comunes. "Es la tercera parte de la casa: la conexión entre las techumbres para establecer lugares de ocio, que pueden ser pequeñas huertas o terrazas para preparar barbacoas", explicó Cirugeda ayer en Bilbao. Esto exigirá una relación más íntima entre los propios inquilinos, que tendrán que resolver asuntos comunes. Una utopía si se atiende a las encuestas sobre la juventud, que afirman no sólo sus reticencias para salir del hogar familiar, sino que eluden cualquier compromiso social.

El arquitecto sevillano responde: "Está claro que hay una demanda de vivienda por parte de los jóvenes; la propia Ley de Vivienda reconoce la necesidad de aportar nueva tipologías porque no hay una única solución a la vivienda social; y seguro que en Basauri habrá más de 35 interesados en esta propuesta".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_