El partido del líder israelí sigue en cabeza de los sondeos
Israel vive permanentemente en campaña y Ehud Olmert, ex alcalde de Jerusalén y líder de Kadima (Adelante, en hebreo), pretende acaparar el centro del panorama político. Sus antecedentes próximos a la extrema derecha se han mitigado en los últimos años, mientras su antiguo partido, el Likud, se aproxima a ese espacio. Uno de los primeros ataques de sus ex correligionarios ha sido aireado esta semana a través de Internet. "Dinero fatal" era el titular de la arremetida, que alude a la decisión del jefe de Gobierno de transferir a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) la cantidad que le adeuda en concepto de impuestos, tasas y aranceles que recauda en su nombre.
A Olmert también le comienzan a llover los dardos desde la izquierda laborista, que ha sacado a relucir sus vínculos con algunas familias dedicadas a turbios negocios. El sucesor de Sharon es la diana de unos y de otros. Pero de momento, aguanta el tirón en las encuestas.
Según un sondeo publicado el jueves por Haaretz, Kadima conseguiría 40 de los 120 escaños del Parlamento, tres menos que la semana previa. Los laboristas se mantienen con 21, y el conservador y nacionalista Likud asciende desde 13 hasta 15 parlamentarios. Pero la pugna no ha hecho sino comenzar, y Olmert deberá demostrar que es algo más que una réplica de Sharon. Entre otras razones porque carece del carisma del ex militar. Algún observador estima que Kadima es una "bolsa llena de gatos". Y cierto es que no escasean los afanes de protagonismo en las filas del partido. A mes y medio de los comicios, no es aconsejable dormirse en los laureles de Sharon.
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