Momentos efímeros
La naturaleza puede ser interpretada como una sucesión de infinitos momentos efímeros en continua mutación. El hombre no alcanza a entender el sentido del devenir y pretende fijar certezas, explicando cada uno de los momentos concretos, buscando en ellos lo que puedan tener de eterno, de inmutable. De alguna manera el arte es una herramienta para conseguirlo, así una pintura, una escultura, una narración o una imagen fotográfica detienen un momento concreto, lo paralizan y, al aislarlo del flujo inexorable del tiempo, rompen con la idea de sucesión implícita en la esencia de cualquier proceso de la naturaleza. Estas observaciones, más o menos conscientemente, parecen animar el sustrato de la obra del artista alemán Nils-Udo (Lauf, 1937), quien, trabajando con materiales efímeros, intenta captar la intensidad del momento que detiene por medio de imágenes fotográficas.
NILS-UDO
Círculo de Bellas Artes
Alcalá, 42. Madrid
Hasta el 26 de febrero
Sin embargo, no se trata de un fotógrafo documentalista sino de un artista plástico, en la estela del land art, que realiza acciones, instalaciones y obras para espacios públicos trabajando en escalas muy diferentes, utilizando semillas y hojas de árboles u ocupando extensos territorios. A pesar de la versatilidad de su trabajo, hay algo en su obra que hace que ésta posea una gran unidad y atractivo visual, ese algo es el tema, ya que sólo trata de la naturaleza, de sus procesos y apariencias.
Relativamente conocido, gracias a las muchas publicaciones y antologías sobre land art que recogen imágenes de sus trabajos, ésta es la primera vez que expone en España. En la muestra hay una obra particularmente interesante, que es el trabajo realizado en el año 2002 para la Fundación César Manrique. Se trata de una serie de acciones en las que interviene la sal, que contrasta con su blancura sobre los negros mantos de lava del territorio lanzaroteño. El resultado es un conjunto de nueve grandes fotografías en las que un orden racional o una insinuación metafórica ponen de relieve alguna característica del lugar. Otros trabajos anteriores, imágenes y maquetas de proyectos de arte público, otra serie de fotografías, realizada para el Festival de Arte de Galway, así como un conjunto de pinturas al óleo completan el variado contenido de esta exposición.
Sus intervenciones en espacios naturales, tanto cuando trabaja con unas simples hojas o recoge unas bayas que reordena formando figuras como cuando instala elementos más contundentes que implican el territorio, poseen un hálito poético que le ha conducido a alcanzar una justa fama en la escena del arte internacional, pero las pinturas al óleo que ahora muestra en Madrid arrojan una sombra de duda sobre el conjunto de su trabajo ya que muestran un gusto cursi y amanerado, más preocupado por conseguir el efecto de una imagen encantadora que por provocar alguna reflexión sobre el devenir de la naturaleza.
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