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Necrológica:NECROLÓGICAS
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

William Rubin, historiador del arte

Fue comisario y director de Pintura y Escultura del MOMA

William Rubin, cuya labor como comisario y director del departamento de Pintura y Escultura del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA) fue clave en el desarrollo de la narrativa histórica del modernismo, falleció en Pound Ridge (Nueva York). Rubin se hizo cargo de aquel departamento en 1969, y entre las exposiciones con las que dejó huella destacan las varias que le dedicó a Pablo Picasso. Una de ellas fue la restrospectiva de 1980 Pablo Picasso: a retrospective, para la que Rubin desmontó todo el museo y ocupó todas las salas del MOMA. Aun hoy es recordada como una de las más importantes de los 75 años de historia de la institución. Otras muestras significativas e impactantes para su época fueron Picasso y Braque: pioneros del cubismo, Frank Stella: works from 1970-1987 o Dada, surrealismo y su herencia, que fue la exposición con la que se estrenó al frente de su departamento poco después de su entrada en el museo.

Pero la importancia de Rubin va más allá de su labor como comisario. Según John Elderfield, que ocupa el cargo que aquél ejerció durante dos décadas, Rubin fue quizá el heredero más directo del espíritu de Alfred H. Barr, el primer y mítico director del MOMA, responsable de la primera diagramación histórica del arte moderno arrancando en el neoimpresionismo. "Rubin aportó su percepción positivista del orden, y la noción del arte moderno como evento en sí mismo", afirmó Elderfield en declaraciones a The New York Times.

Obligado a entrar en las fuerzas armadas a causa de la Segunda Guerra Mundial, estudió Literatura y Lengua Italiana y Musicología en la Universidad de París, con la intención de ser director de orquesta. Pero finalmente optó por dedicarse a la teoría del arte y comenzó a enseñar en la Universidad Sarah Lawrence, en el Estado de Nueva York. Trabajó como editor de la revista Art International y se convirtió en un coleccionista de arte de posguerra, siendo un especialista en Pollock y Jasper Jones, entre otros.

No era un hombre fácil. Tenía un carácter muy fuerte y se le acusaba de egocéntrico. En un perfil publicado por la revista The New Yorker en 1985 se expresaba así: "Me ponen enfermo los que van de prima donna de este sitio. Yo soy una prima donna, pero yo me lo merezco". Pese a las dificultades inherentes a una personalidad algo arrogante, su talento para los negocios y su profundo conocimiento de la historia y el mercado nunca fue puesto en duda.

Su primera victoria tras ser contratado por el MOMA en 1967 fue conseguir que Sidney Janis y su mujer donaran su colección de arte con cinco mondrian a los fondos del museo. Además, fue el responsable de compras emblemáticas como One number 31 (1950), de Jackson Pollock. A mediados de los ochenta comenzó a criticar al museo por no prestarle la suficiente atención al arte contemporáneo, y trató de rodearse de gente más joven que pudiera asesorarle.

Rubin también contribuyó a engrandecer la colección del MOMA donando las obras de su colección privada. La célebre escultura de Picasso Guitarra, que el propio artista le regaló personalmente, o Australia, una obra de David Smith, de la que se sentía particularmente orgulloso, son ahora parte de los fondos del MOMA.

En 1996, ocho años después de jubilarse, volvió a sorprender al mundo del arte organizando otra exposición de Picasso centrada en sus retratos de mujeres. Rubin los dispuso siguiendo el orden cronológico de las amantes que el artista decidió llevar a los lienzos. Esa decisión formal provocó los ataques de los historiadores, escandalizados por lo que todos consideraron un atrevimiento absurdo pero que Rubin vio como una forma más de presentar la trayectoria de un artista.-

William Rubin.
William Rubin.

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