"De mazazo en mazazo"
López Caro elogia al Zaragoza, pero apela "al orgullo, la calidad y la esperanza" para salvar una eliminatoria que "para los cobardes estará resuelta"
Cariacontecido, con el semblante absolutamente serio, un tanto apesadumbrado y con la mirada vuelta hacia el infinito, el técnico del Madrid, Juan Ramón López Caro, apeló al compañerismo, al espíritu de equipo y a la casta para sobreponerse a la dura derrota que le infligió el Zaragoza, para tratar de digerir los seis goles sufridos. Pareció incluso pedir con los ojos que no le hicieran muchas preguntas, que ya había sido suficiente el suplicio que había padecido sobre el césped. Su intervención fue bastante escueta. Al principio, parecía que no quería hablar; luego, se arrancó con monosílabos, y, tras confesar que habían recibido un "mazazo" tras otro, acabó por realizar un discurso alentador para sus abatidos jugadores.
"Lo que he dicho y ha ocurrido en el vestuario se queda de puertas para dentro", matiza el técnico madridista
"El Madrid es un grande. Pero decir que no tenemos todo de cara sería una tontería", afirma Víctor Muñoz
"¿Decepcionado? Siento todo lo contrario a la decepción. Ya he dicho por activa y por pasiva que me siento orgullo de mis jugadores. Y, en estos momentos, mucho más", convino López Caro con la boca medio cerrada. Casi susurrando. Pero sí que alzó la voz en pos de motivar a sus pupilos: "Seguro que para los cobardes esta eliminatoria estará resuelta. Pero éste es un equipo que tiene mucho orgullo, calidad y esperanza", espetó. Y precisó: "Lógicamente, será complicado. No sólo porque el Zaragoza ha demostrado ser un equipo excepcional, sino también porque tendremos que jugar la siguiente tarde como lo han hecho ellos hoy".
El entrenador aragonés, Víctor Muñoz, que, henchido de satisfacción por el resultado, no podía esconder esa sonrisa que delataba su eufórico estado de ánimo, recogió el testigo: "Sinceramente, pienso que esta semifinal no está resuelta. Puede ocurrir cualquier cosa, como una expulsión". Pero, ante la insistencia de los medios, acabó por reconocer: "El Madrid es un grande, aunque somos optimistas. Decir que no tenemos todo de cara sería una tontería".
El júbilo que vivió anoche La Romareda exigió tirar de la memoria. Y la comparación inevitable, a pesar de los últimos buenos resultados, fue el 6-3 que el Zaragoza endosó el 13 de febrero de 1994 al Barcelona del mismísimo Johan Cruyff. Algo que debieron de ver los más veteranos de la plantilla por la televisión. El más joven, el chico del filial convocado, Chus Herrero, sin embargo, apuesta en cualquier caso por el partido de anoche. "Me he dado varios golpes en la cabeza con el banquillo al celebrar los goles. Esta noche nunca la olvidaré, la mejor de todas", explicó; "la verdad es que en el vestuario estábamos que ni nos lo creíamos. Nos hemos dado abrazos, besos...".
Los más curtidos del Madrid, por el contrario, con el rostro de pocos amigos y cara de malas pulgas, no quisieron hacer declaraciones. López Caro arqueó las cejas y dejó clara su opinión: "Lo que he dicho y ha ocurrido en el vestuario se queda de puertas para dentro". Y, de nuevo, instó a sus futbolistas a levantar la cabeza y no arrojar la toalla antes de tiempo: "No sé si esta derrota nos va a afectar el estado anímico. Pero yo tengo enorme confianza e ilusión en que mis jugadores seguirán mostrando el nivel que están exhibiendo en las últimas fechas".
Víctor Muñoz contrarrestó: "El Madrid ha empezado bien, pero el nivel de todos mis jugadores ha sido extraordinario. Hemos rayado en la perfección". Y resaltó: "Hemos jugado tan bien en la defensa como en el ataque; los futbolistas han protegido, generado espacios, jugado juntos...".
López Caro, antes de despedirse con un leve asentimiento con la cabeza y enfilar hacia el autobús que les transportaría al aeropuerto, conccluyó con la evidencia: "El adversario ha realizado un partido excelente".
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