"Tengo sensaciones que no tenía en el Madrid, como sufrir para ganar"
César Sánchez (Coria, Cáceres; 1971) es portero por casualidad. Sucedió cuando era niño, cuando, en uno de esos torneos veraniegos que jugaba por los pueblos de alrededor, sus amigos, viendo que no había guardameta, le pidieron que se pusiera entre los palos. A César le gustó la experiencia y se quedó con ella. Pasó por el Palencia, el Valladolid y el Real Madrid, en el que, bajo la sombra de Casillas, logró dos Ligas, dos Supercopas, una Champions, una Supercopa europea y una Copa Intercontinental. Hoy, con el Zaragoza, César se mide precisamente al Madrid en la ida de las semifinales de la Copa del Rey. Es el único título que le falta en su colección particular.
Pregunta. ¿Cómo afronta esta competición después de perder con el Madrid dos de sus finales?
"No es que tenga una segunda juventud, pero he redescubierto el fútbol"
"Ronie' es imprevisible. Por mucho que creas que lo sabes todo de él, es imposible"
Respuesta. Aunque el recuerdo es amargo, siempre he pensado que para perderlas hay que disputarlas. Ante el Deportivo me metieron dos goles por debajo de las piernas. Y frente al Zaragoza, el tercero, en la prórroga. Al portero que no le pasan estas cosas no es portero. Lo importante es que, una vez ocurrido, tienes que saber asumirlo y aprender. Pero la Copa, lógicamente, es una espina clavada que tengo y me hace mucha ilusión ganarla.
P. El rival es el Madrid, su ex equipo.
R. Me gusta. Ahora defiendo al Zaragoza y lo daré todo por sus colores. Pero al Madrid, además de tenerle mucho respeto por ser la entidad que es, le estoy muy agradecido por el trato que me dispensó durante cinco temporadas.
P. ¿Le resultó duro ser el suplente de Casillas?
R. Para mí fue más importante el trato y el respeto que me dieron. En ese equipo había dos porteros y él jugó casi siempre. Me limité a dar lo máximo cuando tuve alguna oportunidad y lo digerí y sobrellevé de forma profesional. Claro que en muchas ocasiones tuve ganas de cambiar el rumbo... Por eso he llegado al Zaragoza.
P. ¿Y cómo se encuentra?
R. Con la ilusión de un niño. Es muy importante sentirte como un chaval con 34 años. El día que no suceda eso significará que habrá llegado el momento de retirarme. No es que tenga una segunda juventud, porque nunca perdí la primera, pero he redescubierto el fútbol y estoy teniendo sensaciones que no había tenido antes. Por ejemplo, ese sufrimiento que pasamos con el Zaragoza para conseguir la victoria no existía en el Madrid. Todo era más fácil porque estaban los mejores jugadores.
P. ¿Se ha marcado alguna meta?
R. El fútbol es un examen diario. Este equipo no se marca metas. Tenemos la experiencia de haber pasado unos meses malos al principio de temporada y ahora aspiramos a un título. Pero, personalmente, lo que tengo claro es que este curso necesitaba jugar, probarme. Creo que, después del trabajo de la pretemporada y de los primeros meses, he recuperado el nivel de antaño. Mi ventaja ha sido que sólo he tenido que rememorar un aprendizaje ya conocido.
P. ¿También conoce hacia dónde tira Ronaldo?
R. Ronie es imprevisible. Es un jugador sin igual a la hora de rematar y, por mucho que creas que lo sabes todo de él, es imposible. Pero no sólo él, sino todo el Madrid. Y más ahora, que están empezando a jugar como bloque, como equipo. Eso de que es un problema que haya muchos brasileños en el vestuario... Lo más importante es la persona.
P. Mucha gente apunta que la reciente mejora del Atlético y del Madrid coincide con la llegada de entrenadores españoles.
R. Es un análisis muy estrecho. Es un deber del entrenador conocer la idiosincrasia del equipo, pero no se puede generalizar. Puede ser que un técnico español tenga mayor conocimiento de la historia y forma de jugar de un rival de aquí, pero creo que se debe hacer un análisis más amplio. Por esa regla de tres Johan Cruyff no habría triunfado en el Barça ni Rafa Benítez en el Liverpool.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.