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La FIFA destierra a Turquía, castigada a disputar seis partidos en campo neutral

Los turcos se jugarán la Eurocopa 2008 lejos de casa y a puerta cerrada por los incidentes con Suiza

"Lo digo no como suizo, sino como presidente de la FIFA. Actuaremos y lo haremos con dureza". Lo dijo Joseph Blatter, el máximo dirigente del fútbol, menos de 24 horas después de que varios jugadores de la selección de su país fuesen agredidos al término de su cita clasificatoria para el Mundial contra la turca, en Estambul, por rivales y policías en el túnel de vestuarios. El castigo para Turquía, decidido ayer, es jugar sus próximos seis partidos oficiales como local -la primera fase de la Eurocopa de Suiza y Austria 2008- en una ciudad neutral a no menos de 500 kilómetros de su frontera y a puerta cerrada; perder a tres de sus internacionales por entre dos y seis encuentros, y pagar 220.000 francos suizos (unos 141.000 euros) de multa y por las costas del proceso.

La repesca mundialista, en noviembre de 2005, le ha costado cara a Turquía. No sólo la perdió ante Suiza, sino que ha sufrido una fuerte sanción por parte de la Comisión Disciplinaria de la FIFA, presidida por Salman Bin Ebrahim al Jalifa (Bahrein). "Ejemplar", como anunció el dirigente del fútbol, el helvético Joseph Blatter. Al menos, eso sí, se ha salvado de ser expulsada -se especuló con esa posibilidad- de las eliminatorias para el Mundial de Suráfrica 2010. Chile sí fue excluido de las de Italia 1990 y Estados Unidos 1994 por simular su portero, Rojas, haber sido víctima de una bengala en un enfrentamiento contra Brasil en 1989 en Río de Janeiro.

Suiza había vencido en su campo por 2-0. Turquía confiaba en superar su desventaja en el suyo. Por si acaso, su seleccionador, Faith Terim, calentó el ambiente recordando que en Berna fue silbado su himno nacional y que sus seguidores sólo dispusieron de 4.000 entradas. A su llegada a Estambul, el trámite aduanero ya fue una pesadilla para los integrantes del equipo alpino. Algunos agentes los recibieron con pancartas hostiles, los retuvieron más de dos horas y los insultaron. Abordaron su autocar entre una lluvia de huevos y tomates y sin equipaje -llegó a su hotel horas después-. Aquella primera noche incluso se les negó el permiso para entrenarse en el estadio. Su Ministerio de Asuntos Exteriores y su Embajada tuvieron que mediar para que el día siguiente fuese tranquilo.

Y llegó el encuentro. Turquía se impuso por 4-2, pero la igualada global (4-4) se resolvió a favor de Suiza por el valor doble de los goles en cancha ajena. Nada más concluir, multitud de objetos fueron lanzados contra los helvéticos y uno alcanzó a su técnico, Kobi Kuhn. Todos corrieron para abandonar el césped cuanto antes, pero uno, Huggel, tuvo tiempo de dar una patada a Mehmet Odzilek, el segundo preparador turco, y enzarzarse a golpes con un defensa rival, Ozalan. Aún fue peor en el túnel de los vestuarios. En él, según sus testimonios, los suizos fueron agredidos por sus adversarios y por policías que, además, se cuidaron de evitar que se grabasen los hechos. El helvético Grichting fue hospitalizado al temerse una perforación en el aparato urinario a causa de los golpes.

Sekip Mosturoglu, vicepresidente de la federación turca, contraatacó en la investigación de lo sucedido calificando a Blatter de "forofo" y exponiendo también los pecados de sus contrincantes. No le ha servido. Turquía ha sido desterrada en sus partidos del Grupo C de la Eurocopa: frente a Bosnia, Grecia, Hungría, Malta, Moldavia y Noruega. Además, deberá pagar 200.000 francos suizos de multa y 20.000 por las costas. Ozdilek ha sido suspendido por un año y los jugadores Belozoglu y Ozalan por seis encuentros y Balci por dos. Entre los helvéticos todo se ha reducido a seis partidos para Huggel y dos para un fisioterapeuta.

El ministro de Deportes turco, Mehmet Ali Sahin, consideró la pena "una decisión política, no deportiva, e inaceptable" y anunció un recurso ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo, cuya sede está en Lausana (Suiza).

Los suizos Spycher y Behrami corren a refugiarse de los objetos lanzados por el público de Estambul.
Los suizos Spycher y Behrami corren a refugiarse de los objetos lanzados por el público de Estambul.AP

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