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INVESTIGACIÓN

La EXCELENCIA en MEDICINA: Un objetivo a cumplir

Artículo del decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Extremadura, Pedro Bureo Dacal.

El médico, a lo largo de su vida profesional, mantiene un compromiso con la ciencia y con su aprendizaje, que le exige estar inmerso en un proceso de formación continuada, en búsqueda de la excelencia y que es lo que engrandece y hace única a la profesión médica. Es un compromiso ético orientado a proporcionar una asistencia de calidad, poniendo siempre por delante los intereses del paciente, porque, abundando en la opinión del Dr. Yank Coble, actual presidente de la Asociación Médica Mundial, sin la ciencia y sus aplicaciones, la ética y la humanidad, se quedan en buenas intenciones, en una forma de amabilidad sincera, pero ineficaz.

La medicina moderna emplea hoy día un nuevo modelo de práctica clínica: la medicina basada en la evidencia (MBE) frente al modelo tradicional, sustentado únicamente en la experiencia y en conocimientos empíricos, la clásica maestría clínica, mal llamada "ojo clínico". La MBE promueve acudir a los mejores ensayos de investigación como herramienta de la clínica diaria. Surge en el siglo XX al entrar la estadística y los estudios epidemiológicos en la práctica médica y ha ido desarrollándose como herramientas que posibilitan la revisión y evaluación crítica de la literatura científica. El médico, además de saber ejecutar determinadas técnicas, debe tener acceso a esta información y ser capaz de interpretarla críticamente. Si a ello une la capacidad de apreciación sobre la realidad del paciente que le brinda la maestría clínica, estará en la vía de lograr la excelencia. El buen médico utiliza ambas, maestría clínica y MBE, porque ninguna basta por sí sola. La combinación de asistencia, investigación y docencia, y ejercer la medicina como una vocación de servicio es el camino que conduce a alcanzar la excelencia.

Los responsables de la Educación Médica universitaria nos encontramos en un momento de profundos cambios dada la obligada adaptación de nuestros planes de estudio al Espacio Europeo de Enseñanza Superior (EEES). Es una ocasión para intentar dirigir la formación de los futuros médicos hacia la excelencia profesional. El reto es decidir cómo lo hacemos y acertar.

Se fomenta a veces que los alumnos se centren en obtener calificaciones aprobatorias, y no se hace énfasis en el aprendizaje. Así, estudian para aprobar y no para saber, alejándose enormemente de alcanzar el objetivo fundamental: la excelencia en Medicina. Lo decía el Rector de la UEx, Francisco Duque, en el acto inaugural del presente curso académico: "resulta penoso ver las bibliotecas de la Universidad repletas de alumnos que, en su mayoría, están estudiando solo los apuntes de clase, los cuales en muchos casos han sido tomados por otros compañeros". Reclamaba con razón el Rector la necesidad de profundizar en los temas a través de libros, revistas y la utilización de Internet, es decir, de estudiar para saber, no solo para aprobar. Y en este asunto, la responsabilidad corresponde a estudiantes y profesores, que también hemos contribuido a ello. Sin embargo, urge cambiar. La convergencia europea según los acuerdos de Bolonia nos obliga a todos, profesores y estudiantes, a dar un giro en nuestra actuación: el proceso educativo debe dejar de estar centrado "en el profesor que informa y enseña" con lecciones magistrales de excesivo contenido teórico, para hacerlo "en el estudiante que aprende", protagonista real de todo el proceso, en el que el enseñante es solo vehículo de ayuda al aprendizaje del alumno. La enseñanza debe estar basada en la adquisición de competencias por parte del alumno durante el periodo de pregrado (grado es el nombre de la actual licenciatura), entendiéndose como tales al conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que el estudiante debe haber adquirido, de forma que le permita alcanzar una excelente práctica médica, adecuada al contexto social en que se desarrollará. La adaptación al EEES se apoya en tres aspectos: los cognitivos, como son el conocer y comprender, es decir, "saber"; la adquisición de habilidades psicomotoras, es decir, "saber como actuar", y la formación en valores y actitudes, es decir, "saber como ser".

En resumen, la Universidad, y dentro de ella las Facultades de Medicina, tiene un desafío importantísimo por delante: modificar los actuales planes de estudio para dar cumplida respuesta a estos principios que, sinceramente, considero mucho más racionales. El nuevo sistema obliga al profesor, desde luego, pero también, y mucho, al estudiante, que pasa de ser un sujeto pasivo, a serlo plenamente activo, implicado en el auto-aprendizaje que le va a exigir mayor esfuerzo y dedicación.

Formar médicos "en la excelencia"

Por último, llegar a formar médicos "en la excelencia" en nuestro país pasa por otro aspecto fundamental: coordinar la relación entre las instituciones educativas (Facultad de Medicina) y las sanitarias (Hospitales y Centros de Salud), que intervienen en las dos fases de formación del Médico: el grado (en la Facultad) y el postgrado (MIR en los Hospitales y Centros de Salud), necesariamente condenados a entenderse. En esta problemática se contemplan los Profesores Vinculados, con doble dependencia de la Universidad y de la Sanidad pública, no siempre bien comprendida por ambas partes y los Profesores Asociados en Ciencias de la Salud, figura también controvertida por diversos motivos. Esperamos que el nuevo "Colaborador Honorífico", figura contemplada en el convenio entre la UEx y la Consejería de Sanidad y Consumo de la Junta de Extremadura, actualmente en desarrolle, rellene este hueco y mejore la enseñanza práctica de nuestros alumnos, asignatura pendiente de nuestro sistema.

Desgraciadamente, en la actualidad, los periodos de pregrado y postgrado parecen a menudo compartimientos estancos sin coordinación entre sus programas y objetivos, cuando deberían ser absolutamente complementarios. No obstante, se anuncia una modificación del contenido de las pruebas en los exámenes MIR, en los que además de evaluar los conocimientos teóricos, se deberán evaluar las habilidades prácticas adquiridas. También contribuirá a alcanzar la excelencia en Medicina la generalización de las pruebas ECOE (Evaluación clínica objetiva estructurada), examen que evalúa la competencia profesional utilizando simulaciones de situaciones clínicas reales.

En definitiva, la sociedad exige una asistencia médica de calidad y los médicos estamos obligados a conseguir la excelencia en el ejercicio profesional. Para ello, debemos alcanzar la suficiente maestría clínica, actuar con los principios de la MBE, conseguir un ambiente sosegado de trabajo, colaborar en la docencia de los MIR y propiciar así la formación de médicos interesados en saber más que en aprobar y de alumnos plenamente integrados en el Espacio Europeo de Enseñanza Superior.

Pedro Bureo Dacal, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Extremadura
Pedro Bureo Dacal, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Extremadura

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