La paradoja del goleador
El Madrid ha mejorado su media de tantos y puntos sin Ronaldo, que vuelve ante el Espanyol
Sus propios colegas lo tienen asumido: Ronaldo es el futbolista con más talento natural del Madrid. Ni a Zidane, ni a Robinho ni a Guti les cuesta tan poco ser tan resolutivos en menos tiempo. En el club todos saben que el hombre de Río es un acontecimiento biológico que se repite una vez cada muchos años. Esta temporada lleva nueve goles (dos de penalti) en 13 partidos. Los números le convierten en el máximo goleador del equipo, por delante de Raúl y Robinho, con cinco. Sin embargo, los números también revelan una paradoja que sólo se confirmará al final del campeonato: con Ronaldo el Madrid tiene peor promedio de goles y puntos que sin él.
De los 21 partidos de la Liga, el Madrid jugó 13 con Ronaldo en la alineación. Uno de ellos fue el clásico contra el Barcelona, en el estadio Bernabéu, en el que actuó lesionado. Otro de estos encuentros fue la visita al Villarreal, a la que también acudió lastimado. El de El Madrigal fue su último día de competición. Sufrió una rotura muscular. Desde entonces el Madrid ha ganado siempre: cuatro partidos de Copa y tres de Liga. Unidos al balance liguero global, estas tres citas son decisivas para introducir la duda. Con Ronaldo en el once el Madrid ha logrado una media de 1,69 tantos y 1,76 puntos. Sin él, en cambio, ha conseguido dos goles y dos puntos de media. En total, 16 goles y 16 puntos en ocho partidos.
Ni con Raúl fuera de la competición ha sido imprescindible el único '9' de la plantilla
Ronaldo, de 29 años, es el jugador más dotado de la plantilla y no hay muchas posibilidades de que a su entrenador, Juan Ramón López Caro, se le ocurra quitarle hoy del grupo inicial. El delantero se ha preparado a conciencia durante la última semana. Ha redoblado la intensidad de sus entrenamientos dejando a un lado otros compromisos -incluyendo la gala de la FIFA, a la que Franz Beckenbauer acudió el miércoles con la esperanza de cenar con él-. Ronaldo está listo para volver y su orgullo le demanda una exhibición esta noche en Chamartín.
La ausencia del goleador ha tenido efectos positivos en la moral del vestuario. Si los jugadores y los directivos del Madrid comenzaron la temporada convencidos de que Ronaldo era el alfa y el omega del proyecto, una pieza imprescindible a la que agarrarse, su última baja ha servido para cultivar el escepticismo entre los creyentes. Ni con Raúl fuera de la competición ha sido imprescindible el único nueve que hay en la plantilla. Ahora muchos futbolistas pueden congratularse de no precisar al Gordo -así le llaman- para salvar una crisis. O, al menos, para jugar buenos partidos frente al Athletic, el Betis o el Sevilla.
Sea por convicción o porque se apuntan al último marcador para hacer su juicio, lo cierto es que en el club hay gente que dice que Ronaldo tiene que mejorar determinadas facetas para integrarse en el juego del equipo. De lo contrario, creen que se convertirá en un recurso básicamente ligado al contragolpe y no al "ataque posicional".
Estos observadores internos miden con rigor a Ronaldo. Aseguran que su régimen de entrenamiento en los últimos años le ha llevado a un estado parecido a la autocomplacencia. Al tiempo que exigen más de Ronaldo, ponen de ejemplo el "trabajo" que ha hecho Baptista como punta. Baptista, aseguran, no se limita a desmarcarse hacia la portería para interceptar el último pase. Además, alegan, baja a recibir la pelota y abre muchas puertas a los otros jugadores para seguir conservándola y rematar ellos mismos. Baptista, sin embargo, no es un nueve. Y los técnicos del Madrid le observan precisamente como un buen complemento de Ronaldo.
Quienes conviven con él a diario en el club atestiguan que en las últimas semanas Ronaldo ha dado muestras de una mentalidad muy abierta. El brasileño es un individuo mentalmente afilado para competir. Pero esta vez no compite contra otros nueves, sino contra sí mismo y contra el tiempo. Quiere llegar en forma al Campeonato del Mundo de Alemania y trabaja para lograrlo. Su adaptación al equipo y a las consignas de López Caro forman parte de este empeño. Hoy el Espanyol podría convertirse en la víctima colateral.
Contra el Espanyol no sólo Ronaldo entró en la convocatoria por primera vez en cuatro jornadas. Míchel Salgado también está en la lista y su presencia sirve para poner a López Caro en uno de los bretes más incómodos que se le presentan desde que se hizo cargo del primer equipo. Si pone al lateral de Vigo se ganará el aprecio del grupo nacional del vestuario: un resultado con posibles beneficios políticos. Si pone a Cicinho, que ha jugado muy bien en su ausencia, podría ocurrir al revés.
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