El disputado primer vuelo de la nueva terminal de Barajas
Sobre la conveniencia de madrugar o la bondad intrínseca de la primicia hay en castellano refranes para aburrir. Alguno ha debido de calar entre los directivos de las compañías aéreas Iberia y Vueling, que durante el día de ayer se dedicaron a recortar minutos a sus permisos de vuelo para ser los primeros en despegar de la nueva terminal del aeropuerto de Barajas, la T-4.
Iberia había anunciado el martes que el primer avión que despegaría el domingo de madrugada de la nueva terminal del aeródromo madrileño sería uno de sus aparatos, un Airbus A-320 con destino a Barcelona, a las 5.50. Y sacó una oferta para que los viajeros que quisieran ser los primeros en probar las nuevas instalaciones pagasen sólo 10 euros, aparte de las tasas (sólo ida). Ayer tarde, Iberia informó de que su vuelo inaugural IB2640 estaba al 77% de ocupación.
Pero Vueling decidió solicitar a AENA (el ente público que gestiona los aeropuertos) que adelantase 15 minutos su vuelo a Barcelona, que sale todos los domingos a las seis de la mañana, para ganar así por cinco minutos la pole position de la T-4. "Nos hacía ilusión que fuera el primero", declaró a Efe una fuente de Vueling.
No se trataba tanto de volar los primeros como de aparecer en todo lo alto de las pantallas informativas, ya que su "prioridad son los pasajeros", a los que servirán chocolate con churros, y esperarán "hasta que estén todos los viajeros para despegar, ya que no se les ha informado de este cambio".
AENA accedió a lo solicitado por Vueling. Pero Iberia no estaba dispuesta a que le arrebataran la primicia. Así que ayer comunicó que su vuelo inaugural de la nueva terminal se adelantaba a las 5.30. Eso sí, informó a los pasajeros. Aún no ha dicho si esperará a que lleguen todos o no.
Sin presencia de IU
Unas 17 horas antes del primer vuelo, el presidente del Gobierno, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, inaugurará la nueva terminal, un acto al que no acudirá ningún representante de IU de Madrid, en protesta por el conflicto suscitado con los vecinos de una pedanía próxima por el ruido de los aviones, Belvis del Jarama. Así lo anunció ayer el coordinador regional de IU, Fernando Marín: "Por coherencia y porque lo que está pasando en Belvis es inaceptable en un Estado democrático".
Este proyecto de ampliación del aeropuerto de Barajas, aprobado por el PP en la anterior legislatura, supone, en opinión de IU, que ya no hay límites para continuar ampliando el aeropuerto. "Si hay que modificar las condiciones de la población, se hace; y si hay impacto sobre el entorno, se hace también", afirmó irónicamente el coordinador general de IU.
Marín considera que se deberían tomar medidas urgentes para paliar los efectos negativos de esta nueva terminal, como el cierre del aeropuerto de once de la noche a siete de la mañana, apostar por rutas con menor efecto acústico, la retirada de la circulación de los aviones más ruidosos y la recuperación integral del Jarama.
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