Justo Vasco, escritor
Coordinó la Semana Negra de Gijón
Justo Vasco, el escritor y traductor cubano residente en Gijón, falleció el 23 de enero, a los 62 años, a causa de un infarto cerebral. Recientemente había recibido un trasplante de riñón. Vasco era coordinador literario de la Semana Negra de Gijón, que dirige el escritor asturiano afincado en México Paco Ignacio Taibo II.
Nacido en La Habana, en 1943, Justo Vasco Colas descubrió Gijón cuando asistió como invitado a la tercera edición de la Semana Negra, el encuentro anual de escritores policiacos que se celebra en la ciudad asturiana desde hace 19 años. Optó entonces por quedarse a vivir a este lado del Atlántico, donde contrajo matrimonio con la también escritora y traductora Cristina Macía, con la que tenía una hija de corta edad que la pareja había adoptado en Haití. Vasco tenía otros dos hijos de su primer matrimonio.
Desde que se afincó en Asturias era miembro de la organización de este acontecimiento lúdico-cultural y, en tanto que su coordinador literario, fue responsable de seleccionar las novelas aspirantes a los premios Dashiell Hammett, Memorial Silverio Cañada y Rodolfo Walsh, que otorga el festival, así como de proponer autores invitados. Su bonhomía y el profundo conocimiento de la novelística de género fueron contribuciones capitales al buen funcionamiento de este festival literario. También fue colaborador habitual del Salón del Libro Iberoamericano, que dirige en Gijón el escritor y cineasta chileno Luis Sepúlveda, también afincado en la ciudad.
Coautor de las novelas Completo Camagüey (1983), Primero muerto (1986) y Contracandela (1994), todas ellas en colaboración con el uruguayo Daniel Chavarría, había publicado en solitario las obras El muro (1990) y Mirando espero (1998). En 1994 obtuvo el Premio del Concurso de Relatos de la Semana Negra con su cuento Y en eso llegó Bebo. Vasco, que se confesaba escritor lento y perezoso, tenía en marcha desde hace años una nueva obra para la que el pasado verano aún no tenía fecha prevista de culminación.
Su narrativa ha sido traducida al francés, italiano y griego, entre otros idiomas. Era también un acreditado traductor de autores rusos, norteamericanos, italianos y eslovenos. En los últimos tiempos había mantenido una colaboración semanal como articulista en el periódico La Voz de Asturias, que últimamente había suspendido también y en la que mantuvo una posición ideológica progresista. Su relación con el régimen cubano era de distanciamiento pero también de reconocimiento a alguno de sus logros. Opinaba que la propia novelística negra cubana actual evidencia dos tendencias literarias, que son también trasunto de otras tantas posiciones ante el castrismo: "La novela negra laudatoria y la que no gusta a las autoridades, que muestra la verdad de un experimento social en muchos sentidos, no en todos, fracasado". Vasco entendía el género policiaco "como un complemento del periodismo". A su juicio, "la novela negra entra en terrenos vedados para la prensa y trabaja con realidades duras y terribles".-
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