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Oídos sordos a la ordenanza del civismo

Barcelona ha estrenado la ordenanza del civismo ante la mirada desafiante de algunos colectivos afectados. Las prostitutas continuaron ayer desbordando las aceras de la calle de Sant Ramon y las tribus de patinadores invadiendo la plaza de los Àngels; mientras, los vendedores ambulantes se asomaban en las travesías de las Ramblas, los mendigos cantantes asaltaban un día más los vagones del metro y los echadores de cartas descifraban el futuro en la plaza Catalunya.

"Hemos decidido dar un tiempo para la disuasión y la información", aseguraba ayer la concejal de Participación Ciudadana, Assumpta Escarp, una de las animadoras de la nueva reglamentación, que tiene como objetivo regular y permitir la convivencia en los espacios públicos.

El Ayuntamiento se dispone a movilizar un verdadero ejército de vigilantes que tutelará el cumplimiento de las normas. El grueso de esta tropa la configurarán agentes de la Guardia Urbana y de los Mossos d'Esquadra, que estarán asistidos por los trabajadores de Promedia, encargados del mantenimiento del mobiliario urbano; los operarios de Parques y Jardines, y los responsables de las áreas verdes y azules. El municipio creará una unidad administrativa con la misión de instruir expedientes, resolver recursos y cobrar las multas en el mínimo tiempo posible.

La tribu de patinadores invadió ayer a mediodía los alrededores del Museo de Arte Contemporaneo de Barcelona.
La tribu de patinadores invadió ayer a mediodía los alrededores del Museo de Arte Contemporaneo de Barcelona.MARCEL.LÍ SÀENZ

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